Un estudio de la Junta concluye que las personas más religiosas prefieren más control a la llegada de inmigrantes

Actualizado: sábado, 6 octubre 2007 13:54

SEVILLA, 6 Oct. (EUROPA PRESS) -

Un estudio titulado 'Religión y orientaciones de valor en Europa en la Encuesta Social Europea', editado por el Centro de Estudios Andaluces (CEA), dependiente de la Consejería de la Presidencia de la Junta, concluye que las personas más religiosas "son partidarias de establecer mayor control sobre la recepción de población inmigrante, la cual se percibe, en determinadas situaciones, como una amenaza para la uniformidad cultural y religiosa de las sociedades europeas".

La obra, elaborada por el profesor de Sociología de la Universidad de Granada Antonio Jaime Castillo, analiza a lo largo de 46 páginas cómo "la religión se erige en factor de cohesión y contribuye en los europeos que se confiesan religiosos a un mayor sentimiento de pertenencia al grupo y de acatamiento de los valores cívicos".

En las conclusiones del estudio, a las que ha tenido acceso Europa Press, el autor sostiene que "la religiosidad también está en relación con las actitudes de defensa del orden establecido y de conformidad a la norma social", lo que se traduce en que "los más religiosos tienen una imagen más positiva del sistema político y de sus instituciones", algo que atribuye a "una orientación conservadora genérica y defensora del orden establecido".

El informe también señala como "manifestaciones del binomio política-religión en la correlación positiva entre religiosidad y posiciones políticas conservadoras, en la defensa del orden establecido y en otros ámbitos morales como la libertad sexual", si bien pone de manifiesto que "la religión no está vinculada de una forma clara y directa con la moral económica ni con otras actitudes políticas no relacionadas de forma primaria con el orden social".

AMENAZA A LA UNIFORMIDAD CULTURAL.

Por contra, el autor sí considera que "la correlación entre orientaciones políticas y religión se traduce en el ámbito cultural en una asociación bastante estrecha entre religiosidad y defensa del monoculturalismo en Europa", de forma que "la religiosidad correlaciona negativamente con el multiculturalismo y, en general, las personas más religiosas son partidarias de establecer un mayor control sobre la recepción de población inmigrante, la cual se percibe, en determinadas situaciones, como una amenaza para la uniformidad cultural y religiosa de las sociedades europeas".

En términos de valores, el estudio concluye que las personas más religiosas "defienden que es mejor que la sociedad sea homogénea desde el punto de vista cultural y religioso, aunque esa defensa de la uniformidad no se traslada al ámbito de las prácticas lingüísticas", mientras que la religiosidad "está asociada también, aunque en menor medida, con una defensa pragmática del control de la inmigración como mano de obra".

El autor, que identifica la religión como uno de los motivos que causaron fracturas en las sociedades europeas en la fase de construcción de los Estados junto a los binomios aristocracia-burguesía, ciudad-campo y la lucha de clases, asegura que en los países del Sur de Europa, como España, las personas más religiosas tienen un comportamiento político apático, a diferencia del norte de Europa, donde la ecuación resultante es mayor conciencia religiosa es igual a mayor implicación en política.

IDEOLOGÍA CONSERVADORA EN LOS PAÍSES MÁS RELIGIOSOS.

Así, los países más religiosos se inclinan por una ideología conservadora, de igual forma que menor conciencia religiosa es directamente proporcional a situarse en la izquierda en la escala de la ideología. Según el autor, esa correlación "es muy evidente en países católicos como España, Italia y Grecia".

La obra concluye que el dibujo de un mapa europeo, desde la perspectiva de la religiosidad, arroja resultados alejados de la apariencia y muestra la lejanía de España, pese el predominio de la religión católica en la identidad de sus habitantes, respecto al protagonismo que sí alcanza en Irlanda, Italia, Polonia, Grecia o Portugal, mientras que en los países de mayoría protestante, la transcendencia de la religión es menor.