MADRID, 21 Mar. (EUROPA PRESS) -
Ocho de cada diez nuevos habitantes en España son extranjeros y la mitad viene para quedarse, según se desprende del estudio 'Demografía de los Extranjeros. Incidencia en el crecimiento de la población', elaborado por el experto de inmigración de la OCDE Antonio Izquierdo Escribano y patrocinado por la Fundación BBVA.
Así, la entrada anual de extranjeros se situó en las 500.000 personas de promedio entre 2001 y 2006, aunque durante el último trienio las entradas, estimadas a través de las altas de empadronamiento, han rebasado las 600.000 personas. Prácticamente, la mitad de los que han llegado tienen un permiso de residencia permanente o lo han renovado por segunda vez, lo que indica que se han instalado en España.
"Nunca, ni en la emigración de españoles a Europa o América Latina, la inmigración en España fue tan fuerte --comentó--. En los últimos seis años, España se ha situado sólo por detrás de Estados Unidos en la intensidad de flujos migratorios". Por el contrario, los flujos de salida de extranjeros no alcanzan la cifra de 50.000.
PENSAR SÓLO EN MANO DE OBRA ES UN "ERROR"
A juicio de este experto, es muy importante entender que se trata de un proceso migratorio de "instalación". "Seguir pensando exclusivamente en términos de mano de obra es un error --indicó--. Es necesario pensar en cómo afectará en términos de educación, sanidad y políticas públicas".
Por ello, también defiende que se reconozcan en España los títulos educativos de los inmigrantes, al menos, por parte de las empresas, aunque no trabajen en puestos tan cualificados. En este sentido, calificó de "desperdicio" para las economías europeas, que necesitan talento, que no se tenga en cuenta esta cualificación.
En todo caso, sólo un cinco por ciento de los extranjeros llega a España a través de los 'cayucos', según comentó, y el resto de las entradas se producen en la mayoría de los casos por aeropuertos. Ahora bien, este experto explicó que cuestión diferente es si los inmigrantes llegan o no a través de vías legales, aunque matizó que la del falso turista, de aquellos que no necesitan visado para visitar España durante tres meses y luego se quedan como irregulares, está cayendo en desuso.
En su opinión, una política de regulación de flujos no sólo se preocupa del número de inmigrantes, sino de la selección, la composición y en desanimar a los que podrían emigrar de forma irregular. Pero, en todo caso, no cree que una legislación más o menos flexible sea determinante para que en España se esté dando está intensidad. "Una cosa es la legislación y otra el control de fronteras. Se puede tener una legislación muy restrictiva y tener muchas entradas", dijo.
CRISIS ECONÓMICA Y RETORNOS
Respecto a las previsiones para los próximos años, señaló que los flujos migratorios no podrán seguir con la misma intensidad si España no sigue creciendo económicamente como lo ha hecho en los últimos años. Será entonces, cuando haya una crisis económica, cuando se producirán los retornos de estos extranjeros. Por ejemplo, los de europeos del Este, que ya como comunitarios, dependerán también de la situación y el desarrollo de sus propios países.
Por el momento, más del 50 por ciento del crecimiento de población de todas las comunidades autónomas se debe a la inmigración (extranjeros más españoles nacidos en el exterior), que representa un 10,8 por ciento de la población española. Los extranjeros representan ya el 8,3 por ciento. Así, ya hay 4,8 millones de inmigrantes, de los que 4,1 millones son extranjeros.
Además, se concentran especialmente en Cataluña, Valencia y Madrid. No obstante, los marroquíes lo hacen preferentemente en Cataluña y Andalucía; los ecuatorianos, en Madrid y Cataluña; los rumanos en Madrid y la Comunidad Valenciana; y los británicos, en Valencia, Andalucía y Canarias.
Tres de cada cuatro inmigrantes extranjeros son extracomunitarios y sólo en cuatro comunidades autónomas (Baleares, Canarias, Comunidad Valenciana y Andalucía) su peso está por debajo del 66 por ciento.
El flujo mayoritario de llegadas procede de Latinoamérica (28 por ciento), seguida de Europa del Este (22 por ciento) y África (40 por ciento). La corriente de rumanos es la que más destaca en los dos últimos años, seguida de los marroquíes, mientras que los ecuatorianos han dado paso a los bolivianos.
La presencia de extranjeros da lugar al mestizaje a través de los matrimonios mixtos, que ya representan un 14 por ciento del total. Un 85 por ciento de estos matrimonios se producen entre personas de distinta nacionalidad. En cuanto a la natalidad, un 15,1 por ciento de los nacimientos registrado en España son de madre extranjera. La mitad de la población inmigrante es joven.