La OIT alerta de que la 'brecha de género' en el trabajo está contribuyendo a la "feminización" de la pobreza

Actualizado: jueves, 8 marzo 2007 10:33


MADRID, 8 Mar. (EUROPA PRESS) -

El número de mujeres que forman parte de la fuerza laboral en todo el mundo es actualmente mayor que nunca, pero la persistencia de la 'brecha de género' contribuye, según alertó ayer la Organización Mundial del Trabajo (OIT) con motivo del Día Internacional de la Mujer, a una "feminización" de la pobreza entre los trabajadores.

En el informe 'Tendencias Mundiales del Empleo de las Mujeres 2007', difundido coincidiendo con esta celebración, la OIT señala que esta 'brecha' se manifiesta a través de diferencias entre mujeres y hombres en su situación laboral, de seguridad, salarios y acceso a la educación. Las estimaciones de la OIT indican que en 2006 había 2.900 millones de trabajadores en el mundo, de los cuales 1.200 millones eran mujeres.

Según estos mismos datos, también hay más mujeres que nunca en situación de desempleo --81,8 millones--, en empleos de baja productividad en la agricultura o los servicios, o recibiendo menores salarios por el mismo trabajo que los hombres. Por otra parte, el número de mujeres que tienen empleo o lo están buscando dejó de aumentar e incluso descendió en algunas regiones, debido, entre otras cosas, a que más jóvenes reciben educación y no trabajan.

"A pesar de los progresos aún hay demasiadas mujeres atrapadas en trabajos mal retribuidos, con frecuencia en la economía informal, sin suficiente protección legal, con poca o ninguna protección social, y con un alto grado de inseguridad", alertó en este sentido el director general de la OIT, Juan Somavia.

"La promoción del trabajo decente como una herramienta fundamental para responder a la demanda mundial de igualdad de género permitirá avanzar de forma importante para mejorar los ingresos y las oportunidades de las mujeres, y ayudar así a las familias a salir de la pobreza".

El informe plantea también que las mujeres "deben tener la oportunidad de salir de la pobreza por sí mismas junto con sus familias a través de la generación de oportunidades de empleo decente que les permitan realizar un trabajo productivo y remunerado en condiciones de libertad, seguridad y dignidad humana". De lo contrario, "el proceso de 'feminización' de la pobreza continuará avanzando y será heredado por la siguiente generación".

El trabajo también destaca que el 47,9% de las mujeres que trabajan están en situación de empleo remunerado y asalariado, una mejoría frente al 42,9% de hace diez años. Sin embargo, también se detecta que, cuanto más pobre es la región, mayores son las posibilidades que las mujeres sean trabajadoras familiares auxiliares sin remuneración o trabajadoras por cuenta propia con bajos ingresos, y en una proporción más alta que la de los hombres.

En África Subsahariana y en Asia Sudoriental cuatro de cada diez mujeres con empleo son trabajadoras familiares auxiliares, en comparación con dos de cada diez hombres. En Asia Meridional, seis de cada diez mujeres están en esta situación, frente a dos de cada diez hombres. Y en Medio Oriente y África del Norte la proporción es de tres de cada diez mujeres y uno de cada diez hombres.

En el anterior informe de Tendencias Mundiales del Empleo de las Mujeres (2004) se estimaba que al menos el 60% de los trabajadores pobres que no ganaban lo suficiente para superar con sus familias la línea de pobreza de 1 dólar diario por persona eran mujeres. El nuevo estudio dice que "no hay razones para creer que esta situación haya experimentado variaciones importantes".

LAS DIFERENCIAS PERSISTEN

Según las estimaciones de la OIT, en 2006 las mujeres tenían más probabilidades de estar desempleadas que los hombres. La tasa de desempleo femenina fue del 6,6%, por encima de la masculina del 6,1%.

La relación empleo-población, --que indica el potencial productivo de la población en edad de trabajar--, es mucho más baja para las mujeres que para los hombres. Apenas la mitad de las mujeres en edad de trabajar de 15 años o más realmente trabajan, mientras que siete de cada diez hombres lo hacen.

Las diferencias en la relación empleo-población es mucho notoria en Medio Oriente y África del Norte, donde sólo poco más de dos de cadadiez0 mujeres trabajan, en comparación con siete de cada diez hombres.

El informe también hace referencia a la persistencia de la diferencia salarial. En casi todas las regiones y en muchos tipos de ocupaciones las mujeres ganan menos que los hombres por realizar el mismo trabajo, pero también hay evidencias de que la globalización está contribuyendo a reducir esas diferencias en el caso de algunas ocupaciones.

Un análisis de seis grupos ocupacionales evidenció que en la mayoría de las economías las mujeres aún ganan hasta un 90% menos que sus colegas hombres, incluso en ocupaciones tradicionalmente asociadas con mujeres, como la enfermería o la docencia.

Las conclusiones de este estudio son sólo "parcialmente alentadoras" para la OIT, que recuerda que "hay signos de mejoría en las 'brechas de género', pero se avanza con lentitud".

El informe concluye que "los progresos indican que es posible generar trabajo decente y productivo para las mujeres", pero eso significa que además de colocar el empleo como una prioridad de las políticas económicas y sociales, "será necesario reconocer que los desafíos enfrentados por las mujeres en el mundo del trabajo requieren ser abordados con medidas especialmente diseñadas para ello".