MADRID, 12 Ene. (EUROPA PRESS) -
El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, aseguró hoy que "la creación de estructuras de acogida, información y formación social" para las familias inmigrantes es "una obligación básica que incumbe a la sociedad y al Estado".
"La creación de estructuras de acogida, de información y de formación social, que ayuden a la familia inmigrada a salir de su aislamiento y de la ignorancia del orden jurídico, social, educativo y sanitario del país que recibe, y en especial en lo que se refiere al derecho familiar, es obligación básica que incumbe a la sociedad y al Estado", afirma el cardenal en su carta pastoral, con motivo de la celebración este domingo de la Jornada Mundial de las Migraciones, que este año lleva por lema 'La Familia Emigrante'.
En esta línea, el prelado añade que "en modo alguno" pueden eludirse de esta responsabilidad los cristianos, la Iglesia y los propios inmigrantes. Por ello, hace un llamamiento "a los gobernantes, a las fuerzas económicas y sociales, a la Iglesia y a los mismos emigrantes" a realizar un "esfuerzo mancomunado" para lograr "la superación de ese contexto difícil con el que se encuentra la familia emigrante".
El prelado también aprovecha su misiva, titulada 'Inmigrantes y madrileños, una sola familia', para dirigirse a los extranjeros que residen en España y recordarles que, en las condiciones de vida que les toca vivir, "están llamados a esforzarse para ser ellos mismos"; "a adoptar una actitud positiva y abierta, que requiere conocimiento y empeño ante los valores religiosos y culturales de nuestro pueblo y de los demás grupos étnicos de inmigrantes", y a "desarrollar sentimientos de pertenencia a nuestra sociedad".
Asimismo, advierte sobre el peligro que puede conllevarles "el sentido de provisionalidad" en que viven y que, según el cardenal, "les puede hacer a caer en un fácil relativismo", al dejarse llevar por "la lógica de una sociedad de producción o de consumo que pretende que lo más importante es el tener más bienes o prestigio social".
En este sentido, también afirma que los trabajadores inmigrantes "no deben resignarse en modo alguno a ser meros instrumentos de producción". "Antes que mano de obra son personas y para nosotros hermanos", recordó el arzobispo.
Por otra parte, señaló que los inmigrantes "no deben dejarse guiar por la sola racionalidad económica que con demasiada frecuencia preside el mundo migrante". Por contra, les recomienda desarrollar "con constancia un proyecto personal y familiar de vida, que les permita crecer con equilibrio en la dignidad de los hijos de Dios y participar en la vida social de nuestro pueblo; y, por supuesto a los católicos en el marco de la vida de la Iglesia".