San Fermín.- La estación de autobuses, abarrotada de visitantes que abandonan la ciudad

Actualizado: domingo, 13 julio 2008 15:17

Las fiestas de San Fermín se quedan con los de casa tras el fin de semana

PAMPLONA, 13 Jul. (EUROPA PRESS) -

Domingo, 13 de julio. Es mediodía en la estación de autobuses. Cuando el fin de semana expira, y a poco más de un día para que los pamplonicas se desanuden el pañuelo en el Pobre de Mí de mañana lunes, riadas de visitantes van tomando hoy asiento en los autobuses que los devolverán a sus ciudades de origen. Se acabó para ellos correr delante de los toros y la dieta a base de alcohol.

La nueva estación de autobuses parecía esta mañana un campamento en la guerra. Cuadrillas de gente durmiendo en posiciones imposibles, ojos enrojecidos y párpados caídos. Uno de ellos, Andy Schroeder, oriundo de New Jersey, desayunaba unas gominolas junto a un cajero automático. "He estado dos días y no sabría decir qué es lo mejor de este festival", comentó en un 'spanglish' atropellado. Para Andy, "los toros están bien, pero también la gente borracha por la calle, me encanta". Ahora desde Madrid volará a Estados Unidos.

Cerca de allí, dos camisetas de Maradona delataban a dos argentinos que aguardaban, con el espinazo doblado sobre una cristalera, a que llegara su autobús. Martín y Lionel han pasado dos días en Pamplona, pero toca regresar a Barcelona donde viven desde hace ocho años. "Muy bueno, excelente, espectacular", así definió Martín unas fiestas que visitó por primera vez en 2001. Lionel, que ha corrido el encierro, expuso que le "agarró una vaquilla en la Plaza de Toros, estaba arrinconado y me enganchó".

Amaya Albear, a pocos metros, esperaba la cola del autobús que marcha a San Sebastián. "He estado tres días", comentó mientras se frotaba los ojos, "es que estoy muy cansada". Junto a ella estaba el leitzarra Iñaki Galañena. "He venido sólo esta noche, y ha habido un poco de farra" comentó entre risas. Galañena, que tiene 21 años, sentenció que piensa volver "todos los años".

En la taquilla, y a la espera de coger un billete para Madrid, esperaba el boliviano Luis Villalobos, que aseguró habérselo pasado muy bien. Villalobos, para el que "todo aquí está bien", apuraba una cerveza junto a un amigo. Ha pasado cuatro días en San Fermín.

En los andenes van montándose a lo largo de hoy domingo los visitantes en sus respectivos autocares mientras los conductores esperan, para partir, a que los autobuses estén llenos. Pamplona retoma así una mayor tranquilidad después de un fin de semana abarrotada y se queda con los de casa.

Queda tan solo una noche para que pamplonicas y franceses, estos amparados por la cercanía y su festividad nacional del 14 de julio, apuren la última noche sanferminera antes de que llegue mañana el Pobre de Mí.