Trànsit recorta los carriles bus especiales de la C-31 para facilitar la fluidez vial tras el colapso de ayer

Actualizado: viernes, 26 octubre 2007 10:35


BARCELONA, 26 Oct. (EUROPA PRESS) -

El Servei Català de Trànsit (SCT) recortó hoy a la mitad el carril bus habilitado ayer en la C-31 para los autobuses de Renfe y el carril adicional, para que haya tres carriles disponibles para todo tipo de tráfico durante más tramo de autovía.

Así, los dos carriles especiales pasaron de tener 14 ó 15 kilómetros a tener 7 u 8, y se mejoró su señalización. El carril bus no salió directamente del paseo marítimo de Gavà sino desde la conexión con las carreteras B-210 y B-204. Además, los autobuses regulares y los taxis circularon por el carril bus, algo que ayer no se les permitía.

El SCT implementó esta medida hoy sobre las 5 horas, una hora y media antes que en los días anteriores, y la mantendrá hasta las 10 horas. Su objetivo es corregir las largas colas, de hasta 13 kilómetros, que se produjeron ayer en la vía como consecuencia de la instalación del carril bus. Por otra parte, no aplicó la limitación a circular a 80 kilómetros por hora en los accesos a Barcelona.

A las 7.45 horas, la autovía de Castelldefels, la C-31, registró seis kilómetros de retenciones y la C-32, nueve kilómetros. Las congestiones empezaron a las 6.30 horas. No obstante, según el SCT, el carril bus taxi tuvo mucha más ocupación desde primera hora, lo que descongestionó el carril normal y el carril especial.

COLAPSO EN LA C-31

Frente al corte de varias líneas de Cercanías Renfe y de FGC, Trànsit decidió el martes, junto a los ayuntamientos afectados, Renfe y la Conselleria de Política Territorial y Obras Públicas, habilitar un carril reservado a los autobuses de Renfe en la autovía de Castelldefels. Sin embargo, este carril no se pudo situar en sentido contrario, ya que legalmente sólo pueden circular por ellos turismos y motocicletas.

Por ello, se decidió habilitar un carril adicional en sentido contrario para los vehículos particulares y un carril reservado para los autobuses de Renfe en uno de los dos carriles en sentido Barcelona, que debían pasar cada uno o dos minutos.

Las medidas pensadas para reducir el tiempo de trayecto de los 15.000 pasajeros de los autobuses de Renfe de 75 a 25 minutos surtieron efecto. Sin embargo, el trayecto habitual de los 15.000 usuarios de coches particulares, de 60 a 70 minutos, se alargó hasta más allá de la hora y media. Asimismo, lo que habitualmente son colas de 5 a 7 kilómetros, ayer se convirtieron en retenciones de 13 kilómetros.