Rodríguez Almodóvar ofrece "un ejercicio de catarsis" a través de "un discurso trampa" en su retrato de la posguerra

Actualizado: jueves, 29 octubre 2009 18:50

El escritor sevillano presenta 'Si el corazón pensara', "una novela muy peligrosa", según la editora

SEVILLA, 29 Oct. (EUROPA PRESS) -

El escritor sevillano Antonio Rodríguez Almodóvar ofrece "un ejercicio de catarsis a través de un discurso con trampa" en su nueva novela, 'Si el corazón pensara', un retrato de la posguerra ambientada en un pueblo sevillano durante los años 50 reflejando los horrores de ésta, así como anécdotas que convierten la obra "en una novela peligrosa", según la editora de la obra, Valeria Ciompi.

Durante la presentación de la novela, celebrada hoy en Sevilla, el escritor, nacido en la localidad sevillana de Alcalá de Guadaira, confesó que la novela, que comenzó siendo un relató de no más de 40 páginas, le desbordó hasta el punto de ofrecer "una verdad moral por encima de la verdad histórica, objetivo de toda novela histórica". Si bien precisó que no se trata de una obra de este género, sino "una novela divertida", según el historiador y coordinador de las jornadas de la Memoria Histórica que anualmente se celebran en el Alcázar de Sevilla, Juan Ortiz, que también estuvo presente en el acto.

El autor de 'Cuentos al amor de la lumbre' apuntó que la obra recopila un conjunto de recuerdos y vivencias personales de "lo que nunca se ha contado y que ya iba siendo hora de que saliera a la luz, hora de decir la verdad sobre lo que pasó tras la Guerra Civil". Además, indicó que como fuente de documentación ha usado los testimonios de víctimas de la represión del bando franquista que pudo conocer durante las jornadas sobre la memoria histórica que dirige el historiador cordobés Juan Ortiz.

Almodóvar, que adelantó que la obra se presentará el 23 de noviembre en el Alcázar de Sevilla, subrayó que el objetivo de la obra es contar "la verdad moral", ofreciendo "una catarsis a la sociedad a través de la reconciliación con lo que pasó, reconociendo la verdad, que ya era hora".

'Si el corazón pensara', ambientada en Villanueva de las Águilas, atraviesa los años grises de la posguerra donde Currito Domínguez intenta redimir a Rosa, 'la culona', quién le enseñó las primeras letras ejercía la prostitución. Entre tanto, aparecerán el Cardenal Segura, la figura tradicional de la tata, el caudillo, los prostíbulos, un cuento, "herencia del escritor", o un informe de la Guardia Civil que se convierte en un manual de erotismo.

La editora de Alianza, Valeria Ciompi, 'Si el corazón pensara' recoge toda la producción literaria de Rodríguez Almodóvar en una "obra peligrosa" por su "aparente ingenuidad escondida tras un relato trampa". La apertura del trabajo con una historia "llena de farsa y toque subidos de tonos" desvela otros aspectos más crudos de la realidad.

Por su parte, Juan Ortiz destacó "la fina ironía que recorre cada frase de la novela", la que le ha divertido mucho. Asimismo, la comparó con cualquier "fotografía de un pueblo andaluz de la posguerra". 'Naranjas y limones' es el cuadro de Julio Romero de Torres es la ilustración que sirve de portada en este trabajo del escritor sevillano, "un metáfora de la novela", según el historiador cordobés. Ortiz dijo que la novela presenta "un fondo terrible tras unos personajes verosímiles".

"BOMBA DE RELOJERÍA"

"El maestro", como definió Almodóvar a Julio Manuel de la Rosa, que también participó en la presentación, confesó que tras la lectura de la obra "se sintió dolido", pues la novela está construida sobre "la miserable, esperpéntica y horrible experiencia de los años nefastos de la historia de España", si bien una segunda lectura le produjo "alivio".

Corroborando las palabras de la editora, De la Rosa señaló que la obra se trataba de "una bomba de relojería resbaladiza para el lector". Del mismo modo, comentó que la obra gira alrededor de "un personaje demoníaco", explicando que es "como si Quevedo y Valle Inclán, borrachos, en un Madrid galdosiano intentarán ver en un espejo cóncavo los años del hambre". En definitiva, concluyó que la novela es "un desafío para el lector".

Almodóvar, que confesó haberse divertido escribiendo, comentó a los periodista que se inició en el estudio de la posguerra "en el susurro de mesa camilla familiar, donde escuchaba la visión cercana y personal de lo que vieron sus allegados". De esta manera, Ortiz dijo que tiene que ser "la literatura quien penetre en la verdad histórica", como hace el escritor sevillano.