Reducen a la mitad las penas a los acusados del robo de Mompía

Los cuatro acusados de robar en la casa de Mompía
EUROPA PRESS
Actualizado: lunes, 17 noviembre 2014 12:30

La pena ascenderá a un total de 18 años, frente a los 38 que pedía el fiscal

SANTANDER, 17 Nov. (EUROPA PRESS) -

El Ministerio Fiscal, la acusación particular y las defensas de los cuatro acusados de robar en una casa de Mompía y agredir a sus ancianos residentes, una madre de 92 años y su hijo de 72, han alcanzado un acuerdo por el que los implicados reconocen los hechos y se les reducen las penas solicitadas a la mitad o más.

En el juicio que comenzaba este lunes y se iba a prolongar hasta el jueves, en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria, los cuatro acusados han aceptado la condena que se les impone en este acuerdo y que asciende a un total de 18 años de prisión frente a los 38 que pedía en su conjunto el fiscal para J.G., BI.M., S.J. y J.V.

Los cuatro hombres están acusados de un delito de robo con violencia en vivienda habitada por el atraco que organizaron conjuntamente, pero dos de ellos, los que accedieron a la casa para perpetrar el robo, también lo están de un delito de lesiones.

La Fiscalía pedía para estos dos últimos 17 años y 13 años y 10 meses de prisión, una pena que en el acuerdo ha quedado reducida a siete años y siete años y medio, respectivamente.

A los otros dos, uno acusado de idear el robo y otro que cooperó permaneciendo en un vehículo para facilitar la huída, se les han reducido las penas de cuatro a dos años y de tres años y medio a uno y medio, respectivamente.

Los dos asaltantes de la vivienda causaron fracturas, heridas y lesiones a las dos víctimas. A la mujer le hicieron un corte en la cara y le golpearon contra una escalara, mientras que a su hijo le golpearon repetidas veces con una maza en la cabeza.

Debido a esos golpes, el hombre sufrió múltiples fracturas craneales y hematomas y le han quedado como secuelas una cicatriz de 29 centímetros en la cabeza, pérdida ósea en el cráneo, síndromes neurológicos, déficit cognitivo, epilepsia y deterioro de las funciones cerebrales.

SÓLO UNO GOLPEÓ AL HOMBRE CON LA MAZA

Precisamente, en el acuerdo también se modifica el escrito de los hechos, principalmente en lo relativo a quién causó estas graves lesiones al hombre de 72 años, que en un principio se atribuyeron a J.G. y a BI.M. conjuntamente pero que en el acuerdo se le imputan al primero de ellos.

Por ello, en el acuerdo se solicita para J.G. un años de prisión por el delito de robo y seis años y seis meses por las lesiones, penas en las que se le aplican la agravante de disfraz y la atenuante de confesión y drogadicción.

Mientras que a BI.M. le piden dos años de prisión por el robo y cinco años por las lesiones, penas a las que se le aplican las agravantes de reincidencia y disfraz y la atenuante de drogadicción.

A ambos les piden una multa por las faltas contra el orden público y de amenazas.

Por otro lado, solicitan un año y medio de prisión para el acusado S.J., quien cooperó en el robo para facilitar a los anteriores la huída; y dos años para J.V., que fue quien organizó el robo.

Los cuatro tendrán que pagar conjuntamente 250 euros de los daños ocasionados en la vivienda, mientras que J.G. y BI.M. serán quienes indemnicen a las víctimas de 72 y 92 años.

A la mujer le pagarán 1.820 euros por las lesiones y 8.000 euros por las secuelas y, al hombre, 20.210 euros por las lesiones y 124.020 euros por las secuelas. Asimismo, abonarán 144.963 euros al Servicio Cántabro de Salud (SCS), cantidad de la que J.G. pagará un 80% y BI.M. un 20%.

NUEVO RELATO DE LOS HECHOS

Uno de los acusados, J.G., contactó con otro de ellos, J.V. --al que no conocía previamente y con el que se puso en contacto a través de unos amigos de ambos que estaban presos en El Dueso--, y que le iba a ofrecer un trabajo.

Ese trabajo consistía en el robo de un chalet de la localidad de Mompía, donde J.V. sabía que existía una importante cantidad de dinero en metálico, procedente de la venta de unas fincas, así como que en la vivienda sólo residían dos personas de avanzada edad que no iban a oponer resistencia.

Ambos fueron a ver la vivienda y acordaron organizar el atraco que cometería J.G. y luego se repartirían el botín al 50 por ciento. Tras ello, J.G. propuso a otros dos hombres, BI.M. y S.J., que participasen en el robo.

En el día de los hechos, S.J. recogió en su vehículo a J.G. y BI.M. y, sabiendo que éstos portaban una maza, cuchillos, cinta americana y pasamontañas, se dirigieron a los alrededores de la vivienda a las 21 horas pero como, tras dar varias vueltas por la zona, vieron que había vecinos por la calle, decidieron marcharse y volver más tarde.

Se fueron a consumir bebidas alcohólicas y regresaron sobre 22.45 horas. S.J. dejó a J.G. y a BI.M. en los alrededores de la vivienda y como sabía lo que éstos dos iban a hacer dijo que él no entraba y se quedó en el coche para esperarles y facilitarles la huída.

Así, los dos hombres se colocaron los pasamontañas y guantes y, vestidos con ropas oscuras, saltaron la valla del chalet de 1,80 metros, rompieron con la maza de goma una ventana de la planta baja y accedieron a la vivienda donde se encontraban un hombre de 72 años y su madre de 92.

Tras intimidarles repetidamente con el cuchillo y la navaja exigiéndoles que les entregasen el dinero, consiguieron que la mujer sacase 70 euros de su bolso y se lo entregase, pero ellos querían localizar la importante cantidad de dinero que creían que había en la casa.

Por ello, empezaron a empujar al hombre, le tiraron al suelo y comenzaron a golpearle en diversas partes del cuerpo con la maza y un palo de bambú con el fin de que dijera donde estaba el dinero que buscaban. Como no lo decía, J.G. empezó a golpear al hombre con la maza en la cabeza mientras BI.M. registraba la parte superior de la vivienda en busca del dinero.

También golpearon a la mujer, a la que hicieron un pequeño rasguño con el cuchillo en la cara y le propinaron un violento empujón, haciéndole chocar contra la escalera.

De repente se dieron cuenta que en el exterior de la vivienda se estaba congregando gente, que había llegado alertada por los gritos de la mujer del hombre de 72 años, que se había escondido con su nieto de dos años en un balcón.

Ante esta situación, los dos ladrones decidieron abandonar la casa, saltando por la misma ventana y el muro que cuando llegaron, pero en cuanto pusieron un pie en la calle fueron retenidos por el hijo del hombre de 72 años y varios vecinos hasta que llegaron la Policía Local y la Guardia Civil. El acusado que les esperaba en el coche logró huir pero fue interceptado minutos más tarde en la carretera A-67.

Los dos atracadores profirieron amenazas de muerte e insultos y lanzaron patadas a los vecinos que les estaban inmovilizando y, cuando llegaron los agentes, arremetieron contra éstos también lanzándoles patadas y puñetazos y amenazándoles de muerte.

Al ser detenidos, J.G. relató de forma voluntaria a los agentes de la Guardia Civil que fue J.V. quien organizó el robo, por lo que fue localizado y detenido también.

LESIONES Y SECUELAS

A consecuencia de las agresiones, la mujer sufrió fracturas, heridas y lesiones que tardaron en curar 40 días, la mitad de ellos impeditivos, y le han quedado como secuelas neuralgias intercostales esporádicas y un trastorno grave de estrés postraumático.

Mientras que su hijo sufrió múltiples fracturas craneales y en la cara y hematomas, por lo que requirió una intervención neuroquirúrgica y tardó en curar 365 días, 335 de ellos impeditivos. Además, le han quedado como secuelas una pérdida de sustancia ósea en el cráneo, síndromes neurológicos, déficit cognitivo, epilepsia y deterioro de las funciones cerebrales, por lo que necesita de supervisión en su vida diaria.

Un informe forense ha valorado estas lesiones de este hombre en 69 puntos de secuela, lo que es equiparable a una grave enfermedad somática y psíquica.

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