MADRID, 22 Ago. (EUROPA PRESS) - En La Vía Láctea, las estrellas masivas jóvenes, es decir, aquellas con una masa al menos ocho veces mayor que el Sol, son mucho más difíciles de estudiar que las estrellas más pequeñas. Esto se debe a que viven rápido y mueren jóvenes, haciéndolas poco frecuentes entre los 100 mil millones de estrellas de la galaxia, y, en promedio, están mucho más lejos. "Una estrella promedio, similar al Sol, se forma durante unos pocos millones de años, mientras que las estrellas masivas se forman en órdenes de magnitud más rápidos, de alrededor de 100.000 años", ha explicado el autor principal del trabajo, John Ilee.