MADRID, 4 Oct. (EUROPA PRESS) - "Este sería el primer caso de detección de una luna fuera de nuestro sistema solar", asegura Kipping, profesor asistente de astronomía en Columbia. "Si se confirma con observaciones de seguimiento del Hubble, el hallazgo podría proporcionar pistas vitales sobre el desarrollo de los sistemas planetarios y podría hacer que los expertos revisasen las teorías de cómo se forman las lunas alrededor de los planetas", explica. Los investigadores señalan que, en principio, esta anomalía podría ser causada por la atracción gravitatoria de un hipotético segundo planeta en el sistema, aunque Kepler no encontró evidencia de planetas adicionales alrededor de la estrella durante su misión de cuatro años. Se estima que la luna tiene solo un 1,5 por ciento de la masa de su planeta compañero, que a su vez se estima en varias veces la masa de Júpiter. Este valor está cerca de la relación de masa entre la Tierra y su luna. Pero en el caso del sistema Tierra-Luna y el sistema Plutón-Caronte --el más grande de los cinco satélites naturales conocidos del planeta enano--, se presume que una colisión temprana con un cuerpo más grande ha despedido material que luego se unió en una luna. 'Kepler 1625b' y su satélite, sin embargo, son gaseosos, no rocosos, y, por lo tanto, tal colisión puede no conducir a la condensación de un satélite. Las búsquedas futuras se centrarán en planetas del tamaño de Júpiter que estén más lejos de su estrella que la Tierra del Sol. Solo hay un puñado de estos en la base de datos de Kepler. El próximo Telescopio Espacial James Webb de la NASA podría realmente "limpiar" la búsqueda de satélites naturales, según dice Kipping, lo que permitiría ver lunas realmente pequeñas.