EDIZIONES, 15 mar.
Era el año 2003 cuando la policía de Warwickshire, en West Midlands, Inglaterra, descubrió un cobertizo abandonado desde el que se escuchaban los incesantes lloriqueos de un joven galgo que había sido abandonado y dejado a su suerte. El animal se encontraba con evidentes signos de desnutrición, cubierta de sarna y completamente aterrorizada.
Los oficiales la llevaron inmediatamente al Santuario de Vida Silvestre Nuneaton, donde se le dio un hombre y se le brindó la atención que Jasmine necesitaba. Cuando Jasmine llegó al santuario lo hizo desconfiando por completo de los seres humanos, pero pronto fue adaptándose al entorno. Aunque lo mejor estaba aún por descubrir.
Si bien es cierto que desconfiaba de los humanos, no era así con los animales. Jasmine no hacía distinción de raza, ni de especie a la hora de mostrarse maternal con ellos. Perros, gatos, conejos, ardillas, búhos e incluso zorros. Todos ellos animales que habían llegado al santuario en lamentables condiciones y, gracias a ella, a sus cuidados y sus atenciones, pudieron recuperar sus fuerzas y salir adelante. Ella era verdaderamente única.
Gracias a los cuidados de Jasmine a estos animales, ella se pudo relajar con los humanos hasta curarse a sí misma. Lamentablemente Jasmine falleció en el año 2011.
En 2015, The Feeln Network publicó una preciosa animación que cuenta la increíble historia de Jasmine, el galgo, a modo de homenaje. El corto se ha hecho viral en estos días.
