EDIZIONES, 15 Jun.
Trabajar de cara al público no es tarea fácil. A la presión de un trabajo normal se le añade tener que lidiar con personas que en muchas ocasiones carecen de educación y buenos modales. Harto de esta situación, el dueño de una cafetería decidió tomar cartas en el asunto variando el precio de su café dependiendo del grado de educación mostrado por sus clientes.
Roanoke es el propietario de la cafetería Austin Simms, en el estado de Virginia (Estados Unidos) afectado por la falta de educación de sus clientes. Roanoke contó a WDBJ haber tomado esta decisión "porque necesitaba resolver todas las injusticias del mundo y empezar a cobrar más por las personas que no dedicaron su tiempo en saludar o en darse cuenta de que quienes están detrás del mostrador también son personas".
Así pues, a la entrada de la cafetería Austin Simms, los clientes que decidan entrar saben que si pides "un café pequeño", te va a costar 5$, si pides "un café pequeño, por favor", su precio será de 3$ y si te acercas a la barra y saludas primero antes de pedir: "Hola, me gustaría un café pequeño, por favor", pagarás 1,75$ en total. Parece fácil, ¿no?
La iniciativa, aunque ingeniosa y con chispa, no es una novedad. Según este usuario de Twitter, un bar parisino ya puso en práctica la idea de premiar la educación con un cartel exactamente igual al de Roanoke, solo que la fecha indica que fue en 2013.
Y lo mismo sucedió hace unos años en nuestro país. Concretamente, en Lepe, Huelva.
Al parecer, la falta de educación con el personal del sector servicios es la asignatura pendiente de los ciudadanos del mundo que, cada año, necesitan que les recuerden lo que bien expresó Roanoke en su entrevista: Detrás de la barra o de un mostrador hay personas que merecen ser tratadas con educación y respeto.
Seguro que con un poco de humor, como el de estos carteles, lo consiguen poco a poco.