EDIZIONES, 21 sept.
Paul Calderbank es un sin techo de Bolton, Inglaterra. Por las noches duerme en un albergue y por el día depende de la caridad de las personas que le da lo justo para subsistir. En esta situación, los prejuicios nos podrían llevar a pensar que si este hombre se encontrase un bolso con dinero dentro se lo quedaría. Al fin y al cabo, lo necesita. Sin embargo, Paul Calderbank ha saltado a los medios de comunicación británicos por su honradez, amabilidad y civismo.
Todo comenzó cuando Daisy Owen, una joven de 20 años, perdió su bolso en la salida de un pub de Bolton el pasado fin de semana. Dentro del bolso había un iPhone de 300 libras esterlinas, su permiso de conducir, las llaves de su casa y dinero en efectivo.
El azar quiso que Paul Calderbank lo encontrase y Daisy estaba a punto de conocer por qué ese golpe del destino iba a ser lo mejor que le podía haber pasado.
Resulta que aquel 'sin techo' se propuso entregar en mano el bolso a la joven Daisy y se pasó dos días recorriendo las calles de Bolton hasta dar con ella.
Por si las moscas, Paul redactó un escrito de tres páginas en el que aclaraba su intención de devolver el bolso, que no era suyo, a su legítima dueña. Dice, lo hizo, por si alguien confundía sus intenciones por la calle.
"Es increíble que él literalmente me buscara durante dos días para dar conmigo y devolverme el bolso personalmente", dijo Daisy a The Sun. "Yo en su situación hubiese vendido el contenido del bolso por necesidad".
Después de dos días de preguntar en las calles, Paul dio con dos amigos de Daisy y le hicieron llegar, a través de Facebook, la buena noticia. Lo siguiente fue concertar una cita para devolverle sus pertenencias, no sin antes asegurarse mediante una serie de preguntas que aquella era la verdadera dueña.
La joven ahora quiere devolverle el favor a este buen sanmaritano y ha abierto una campaña de recaudación de fondos en GoFundMe para ayudarle monetariamente a que salga de las calles. A tres días de que la campaña finalice, Daisy lleva recaudados 1.266 libras de las 1.500 que se marcó como objetivo.
Es increíble cómo las buenas acciones llaman a otras buenas acciones. ¿No creéis?
