Actualizado 19/04/2013 15:54

La Fundación Migres participa en una investigación sobre la "peculiar" migración de los alcaudones dorsirrojos ibéricos

Geolocalizador en un ejemplar de alcaudón dorsirrojo
EUROPA PRESS/FUNDACIÓN MIGRES

SEVILLA, 19 Abr. (EUROPA PRESS) -

Investigadores de la Fundación Migres, en colaboración con el Centro de Macroecología, Evolución y Clima de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) y la consultora ambiental Opsis, han obtenido los primeros datos conocidos sobre la "peculiar" migración de los alcaudones dorsirrojos ibéricos.

En este trabajo, según ha indicado en una nota la fundación, se aporta por primera vez información sobre fenología migratoria, rutas, lugares de sedimentación e invernada en África de estas aves, confirmando la denominada 'migración en lazo', en la que la migración primaveral es notablemente más larga que la otoñal --superior al 20 por ciento--, incluyendo un amplio rodeo por la península arábiga.

La distancia recorrida por los individuos marcados en sus periplos migratorios, de 19.700 kilómetros, es una de las mayores realizada por un paseriforme (ave pequeña) durante su ciclo anual.

Los resultados del trabajo ponen también de manifiesto la existencia de diferentes estrategias espacio-temporales utilizadas por los alcaudones durante la migración primaveral y otoñal, precisando áreas de estancia muy dispares para completar su ciclo anual, lo cual sugiere un "sofisticado" mecanismo de control endógeno más complejo que el mero sistema de reloj y brújula sugerido para migrantes solitarios terrestres.

El alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio) es una especie estival de unos 30 gramos de peso que se distribuye por el tercio norte de la península Ibérica, donde ocupa paisajes de campiña y se alimenta mayoritariamente de insectos. Sus poblaciones europeas e ibéricas se encuentran en marcado declive en las últimas décadas.

Migrador solitario y nocturno, se trata de una especie que se utiliza habitualmente como ejemplo típico de migración en lazo, aunque se desconocen la mayor parte de los detalles de sus rutas y patrones migratorios, especialmente de las poblaciones de Europa occidental. En la base de datos de la Oficina de Especies Migratorias del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de España constan 2.930 anillamientos de la especie desde 1950 hasta 2010 y 27 recuperaciones, solamente cuatro de ellas extraibéricas (Alemania, Finlandia, Italia y Grecia).

DESARROLLO DE GEOLOCALIZADORES

Desde la zona de cría de León, los alcaudones iniciaron la migración postnupcial hacia el este, alcanzando el norte de Italia a mediados de agosto. Desde ahí realizaron el cruce del Mediterráneo y el Sáhara, llegando al sur del desierto a principios de septiembre. Realizan paradas en las sabanas del sur de Sudán (uno-dos meses), para proseguir lentamente hasta arribar a las zonas de invernada a finales de octubre, tras un viaje de 8.750 kilómetros.

Las zonas de invernada se sitúan al sur del Ecuador, en un lugar de sabana en el límite de Zimbabue y Mozambique. En este entorno permanecen desde noviembre hasta finales de febrero, con pocos movimientos de entidad.

El viaje de retorno se inicia en marzo y les lleva hacia el norte-noreste, alcanzando a finales de marzo el Cuerno de África. La migración entonces se acelera y a lo largo del mes de abril llegan las vegas del Tigris y Eufrates, tras atravesar la península arábiga, virando después al oeste para recorrer el Mediterráneo vía Grecia y sur de Italia, alcanzando las áreas de cría a finales de mayo, tras un viaje de 10.950 kilómetros, incluyendo 4.070 de desierto; la mayor distancia recorrida en un día fue de 203,5 kilómetros.

Después de más de un siglo de marcaje con anillas metálicas, la incorporación de nuevas tecnologías abre un sugerente campo de trabajo en el estudio del ciclo anual de las pequeñas aves migratorias. El reciente desarrollo de pequeños sistemas de seguimiento remoto, como los geolocalizadores, ha permitido marcar y seguir a pequeñas aves en sus periplos migratorios.