Mujeres en el oeste de la región de Raqqa
REUTERS / RODI SAID
Actualizado: miércoles, 21 junio 2017 16:00

RAQQA (SIRIA), 21 Jun. (Reuters/EP) -

Decenas de líderes locales se han sumado a una iniciativa administrativa para tratar de contener posibles conatos de violencia y facilitar la reconstrucción de la ciudad de Raqqa, capital del 'califato' autoproclamado por el grupo terrorista Estado Islámico.

Grupos kurdos y árabes aliados de Estados Unidos crearon en abril el Consejo Civil de Raqqa (CCR) para tratar de organizar el posible escenario tras la conquista. Con la ofensiva ya lanzada, las partes directamente implicadas en ella preparan una especie de administración local que ha comenzado a analizar posibles escenarios.

El liderazgo del CCR lo comparten el dirigente tribal árabe Mahmud Shawaj al Bursan y la ingeniera civil kurda Leila Mustafa y tiene por el momento su base en Ain Issa, a unos 50 kilómetros de Raqqa. Mustafa ha destacado que la mera creación de esta organización ya es un "paso histórico" y ha confirmado que se preparan para gobernar la ciudad hasta la celebración de elecciones libres.

Los voluntarios de esta administración --compuesta por unas 70 personas-- calculan que serán necesarios unos 10 millones de dólares al año para restaurar los suministros de agua y electricidad en Raqqa, para reconstruir carreteras y escuelas.

Hasta ahora, sin embargo, tan sólo han recaudado pequeñas cantidades procedentes de donantes privados. "Una chica nos envió 30 euros a través de Western Union", ha explicado uno de los miembros de este colectivo, Omar Aloush, que ha reconocido que de momento ni siquiera disponen de efectivo para financiar proyectos de 1.500 dólares.

Una fuente de Estados Unidos ha afirmado que el Gobierno de Donald Trump está dispuesto a financiar al colectivo, "en la medida en que demuestren ser inclusivos y representar a las comunidades que gobiernan". Entre los apoyos que ya ha logrado figura el de las Fuerzas Democráticas Sirias, aliadas de Estados Unidos sobre el terreno.

POLVORÍN SOCIAL

Con la experiencia del postconflicto iraquí reciente, crecen los temores a la persistencia de la violencia en una Raqqa donde puede llegarse a cambiar un extremismo por otro. Los asesinatos de personas vinculadas a Estado Islámico son una posibilidad en la misma medida en que el grupo terrorista no ha dudado en aplacar cualquier atisbo de disidencia durante estos años o podría dejar células durmientes.

Sin embargo, Abdul Aziz al Amir, uno de los 20 representantes de tribus locales, es optimista y cree que el Consejo puede contribuir a la resolución social, puesto que ya están comenzado a recibir a personas con problemas pendientes. "Tenemos la confianza de la gente. Podemos ayudar a llevar estabilidad", ha destacado.

El Gobierno de Turquía discrepa de esta tesis y sostiene que la inclusión de los milicianos kurdos en esta alianza no hará sino expandir el poder de un grupo al que cataloga de terrorista, a pesar de que el 80 por ciento de los miembros del CCR son árabes.

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