MANILA, 4 Mar. (Reuters/EP) -
El presidente filipino, Benigno Aquino, ha prometido a la Policía mejorar sus recursos semanas después de la muerte de 44 agentes en un enfrentamiento con rebeldes musulmanes, aunque ha declinado contestar preguntas sobre la mala gestión de la redada, ha dicho un funcionario de alto nivel.
El 25 de enero, mandos de la Policía se infiltraron en un área rebelde del sur del país para "neutralizar" a Zulkifli bin Hir, alias Marwan, un fabricante de bombas aliado de Al Qaeda que era buscado por Estados Unidos con una recompensa de 4,5 millones de euros. Pero la misión resultó desastrosa cuando 44 miembros de la Fuerzas de Acción Especial murieron en una emboscada.
Esta ha sido la mayor prueba de Aquino en sus cinco años de mandato, poniendo en entredicho su política de paz, especialmente desde que se ha sabido que un policía general, amigo cercano del presidente, jugó un papel central en la redada.
Aquino ha organizado una reunión de tres horas con los oficiales de la Policía implicados antes de instalar un nuevo grupo para la unidad de élite, convirtiéndose en el primer encuentro desde la trágica operación.
"Por supuesto que exiten preguntas... ¿por qué no hubo apoyo de artillería o vehículos?", ha dicho a los periodistas el nuevo comandante, Moro Virgilio Lazo, añadiendo que sus compañeros sintieron que habían sido abandonados a su suerte.
Aquino ha pedido esperar los resultados de una investigación formal para contestar a las preguntas de sus oficiales, pero ha prometido asegurar más equipamiento e invertir más recursos en la preparación de las fuerzas del Estado, ha dicho Lazo.
Este enfrentamiento ha paralizado las conversaciones de paz del Gobierno con el grupo rebelde musulmán más grande, el Frente Moro de Liberación Islámica (MILF), en el país de mayoría cristiana. Algunos legisladores, obispos y activistas han pedido a Aquino que dimita.
