Palacio de Justicia de Pamplona.
EUROPA PRESS
Actualizado: lunes, 30 enero 2017 12:22

PAMPLONA, 30 Ene. (EUROPA PRESS) -

La Sección Segunda de la Audiencia de Navarra ha condenado a un total de 8 años y 11 meses de prisión a un acusado por delitos de lesiones con deformidad, malos tratos, quebrantamiento de condena y coacciones. La sentencia puede ser recurrida.

En el fallo judicial se da por probado que el acusado, con antecedentes penales, conoció a la víctima en el verano de 2009, cuando ambos mantuvieron una relación sentimental, sin llegar a convivir. Al tratar la mujer de no continuar con la relación, el procesado comenzó a comportarse de forma "muy agresiva, rompiendo cosas e insultándola".

Éstos hechos motivaron diversas denuncias por malos tratos y quebrantamiento de medidas de protección, que concluyeron en sentencias condenatorias.

En mayo de 2015, cuando el procesado aprovechaba un permiso penitenciario, y pese a "tener prohibido aproximarse a menos de 300 metros de su expareja sentimental", estuvo con la mujer. En un momento no determinado durante este periodo, continúa la resolución, el acusado mantuvo con ella una discusión en la vía pública, en el transcurso de la cual, la empotró contra la pared.

Posteriormente, en junio de 2015, el acusado, aprovechando un nuevo permiso penitenciario, se dirigió al domicilio de la mujer y "comenzó a tocar el timbre del mismo, hasta que consiguió que ésta abriera la puerta, accediendo el acusado al domicilio".

Durante esa tarde, y dentro del domicilio, el acusado "le propinó un puñetazo en el rostro y abdomen y varios golpes fuertes con las manos en ambas regiones auriculares, así como cabezazos y
golpes por múltiples zonas corporales", señala la sentencia.

La mujer acudió al servicio de urgencias y cuando regresó a su vivienda se encontró al acusado en el interior de la misma. La denunciante le pidió que se fuera, "pero el acusado no se fue y comenzó a golpearla e insultarla".

Al día siguiente, cuando la mujer salió a su trabajo se encontró en el exterior de su inmueble con un agente de la Policía Municipal de Pamplona, adscrito el Grupo de Protección y Atención Social y
responsable de la protección de la denunciante, quien había
acudido al lugar porque sabía que el acusado estaba en situación
de permiso penitenciario.

Al poco tiempo, el agente comprobó que el acusado salía del portal de la vivienda y procedió a su detención, mientras que otra agente acompañó a la mujer a dependencias policiales para presentar la denuncia, indica la sentencia de la Sección Segunda de la Audiencia de Navarra.

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