Menores adictos a Internet y WhatsApp: ¿cómo evitar el problema?

Actualizado: viernes, 16 octubre 2015 9:29

   MADRID, 16 Oct. (Portaltic) -

   Recientemente, el Centro de Seguridad para menores en Internet Protegelos.com ha denunciado que España es el país con la tasa más alta de menores adictos a Internet, con un 20 por ciento en riesgo de sufrir este trastorno.

   A este problema no ayuda que los padres españoles no se preocupan lo suficiente en educar a sus hijos en un uso correcto de la Red y las redes sociales. Algo más de un 60 por ciento dedica tan solo una hora para formar a sus hijos en este sentido.

   De esta forma, los menores integran el uso de la tecnología en su vida, pero no se detienen a pensar cómo y cuánto. No reparan en que pueden ser víctimas de otros problemas, como el 'ciberacoso' o incluso normalizar cuestiones como la autolesión.

IDENTIFICAR EL PROBLEMA

   Son los "nativos digitales". Sin embargo, que un dispositivo conectado sea como una extensión de su cuerpo no quiere decir que los menores hagan un uso productivo o responsable de él.

   ¿Cómo saber si tu hijo está abusando de la tecnología hasta el punto de que se convierta en algo negativo, en lugar de positivo, como debería ser? Estos son algunos indicadores y comportamientos de los padres que pueden llevar a los menores a usar las últimas tecnologías de forma nociva, según Protegeles.com:

    - Uso de las redes sociales más de dos horas al día.

    - Tener más de 500 amigos online.

    - Jugar con el ordenador durante casi tres horas diarias.

    - Excesivo número de dispositivos con conexión a Internet en cada hogar que distraigan al menor y le lleven a tratar de conectase constantemente.

    - Excesiva permisividad por parte de los padres ante el uso de Internet. ¿No sabes cuánto tiempo se conecta tu hijo o por dónde navega? Eso quiere decir que no te estás implicando lo suficiente.

    - Padres que pasan demasiado tiempo fuera de casa. "El hecho de que los dos padres trabajen fuera de casa o puedan dedicar menos horas al día a estar con sus hijos ha favorecido un aumento en el tiempo de uso de dispositivos electrónicos por parte de los niños", indica la subdirectora del Teléfono Anar, Diana Díaz.

    - Usar la tecnología para distraer a los más pequeños, en lugar de fomentar su uso con un fin educativo.

LOS ADICTIVOS SERVICIOS DE MENSAJERÍA

   Al margen de estas señales de advertencia, al exceso de uso de la web o los videojuegos online, también es importante prestar atención a un tipo de servicio muy concreto: las aplicaciones de mensajería como WhatsApp o Snapchat. Debido a su uso constante y presencia en móviles, puede representar uno de los mayores problemas para un adolescente.

   Lo que debe preguntarse un padre es: ¿usan mis hijos forma compulsiva las aplicaciones de mensajería? Recientemente, un estudio ha encontrado que aplicaciones como WhatsApp pueden ser tan adictivas para un adolescente como las apuestas.

   El profesor de psicología Kelly M. Lister-Landman de Delaware County Community College invita a los padres a analizar comportamientos muy habituales en el día a día: ¿Sienten tus hijos ansiedad cuando no tienen el teléfono encima? ¿Se sientan en la mesa a cenar con la familia y necesitan consultarlo? Si es así, es que están desarrollando dependencia.

CÓMO SOLUCIONAR EL PROBLEMA

   Los menores que sufran este tipo de problemas pueden ponerse en contacto con el Teléfono ANAR (900 202 010), que es totalmente confidencial y gratuito. Por su parte, los padres pueden buscar ayuda y consejo en el Teléfono ANAR de Adulto y Familia (600 505 152).

   En el momento de tratar el problema con los menores, hay que "validar las emociones, jamás entrar en una confrontación cognitiva ni restarle importancia a lo que los menores nos cuentan", según la subdirectora del Teléfono Anar.

   La experta aconseja a los padres a afrontar esta situación "con mucha calma, cariño y atención" en el momento en que vean el primer síntoma. Son las mejoras armas para atajar problemas que tanto afectan a los niños, como el ciberacoso.