¿Recuerdas estas cosas de GameBoy? Lupas, lámparas, soplar al cartucho...

Actualizado: miércoles, 10 enero 2018 12:20
icle class="NormalTextoNoticia" id="CuerpoNoticia" itemprop="articleBody">

MADRID, 21 Abr. (Carlos Hergueta/Portaltic) -

   Game Boy, una consola noble para tiempos más civilizados. Ni siquiera en su momento era la portátil más avanzada, pero sí la que se llevó el gato al agua. Hoy, la primera consola portátil de Nintendo -con permiso de las Game&Watch- ha cumplido 25 años de vida. Un cuarto de siglo durante el cual el mundo de los videojuegos, especialmente el portátil, ha cambiado radicalmente. 

   Hace 25 años, no se lanzaban videojuegos todos los días a través de tiendas digitales que permiten la descarga instantánea gratis o a cambio de una cantidad irrisoria de euros, sino cartuchos que costaban miles de pesetas; ni había un miles de noticias online que destripan el juego hasta el más mínimo detalle cada día, sino páginas impresas que los jugadores esperaban con ansia cada mes en el quisco.

   La primera Game Boy que lanzó Nintendo fue también la primera consola que pude llamar mía. Me la regalaron en mayo de 1992, después de años de horas en salones recreativos y súplicas a mi hermano, que gestionaba los tiempos para jugar con su Spectrum. Llegó a mis manos acompañada de Tetris, claro, y del videojuego oficial de Batman, un superhéroe que estaba tan de moda en los 90 gracias a Tim Burton como lo ha estado recientemente gracias a Christopher Nolan.

   Por aquél entonces Nintendo no se encargaba de la distribución de sus propios juegos en España, sino Erbe Software, una compañía co-fundada por Paco Pastor, ex cantante de Fórmula V y a la postre director de Sega España. La relación entre Nintendo y Erbe se rompió en 1993, poco después de un incendio en los almacenes de Móstoles de la compañía, aunque esa es otra historia.

   Para otros muchos jugadores, el inicio de su amor por el sector nacería mucho antes que el mío, con otra consola portátil, una de sobremesa o un ordenador; o después, quizá con Super Nintendo, PlayStation o un moderno PC. Para mí, después de varios escarceos por aquí y por allá, el idilio surgió con Game Boy.

   Veamos 10 puntos clave de la mítica consola portátil, que seguramente se hayan quedado grabados en la memoria de muchos jugadores. También quiero dejar claro que no son características que no tuvieron que darse necesariamente por primera vez en esta consola, pero que seguramente fueron experimentadas por primera vez por más de uno gracias a ella:

JUGAR EN CUALQUIER PARTE

   No son pocos los que auguran hoy que las portátiles morirán algún día, ahora que muchos dispositivos multimedia son capaces de reproducir videojuegos. Sin entrar en ese debate, lo que ahora está a la orden del día, en los 90 era muy sorprendente. Acostumbrado a videojuegos que tardaban un buen rato en cargar en Spectrum o a tener que hacer cola y gastar monedas en los salones recreativos, aún me acuerdo de mí mismo maravillado, sentado en un restaurante, rodeado de mis amigos. En ese momento, no daba crédito.

EL AMOR POR EL PIXEL

   Con una pequeña pantalla con una resolución de 160 por 144 puntos, los píxeles estaban a la orden del día en la pequeña Game Boy. Por aquél entonces no lo sabía, pero gracias a esta consola, junto con otras muchas, estaba desarrollando mi amor por el píxel. Y seguro que no fui el único. Ahora, tirando de nostalgia, son muchos los diseñadores de ropa y de videojuegos que apuestan por estéticas con marcados cuadrados.

   Ahí están videojuegos modernos como 1-Bit Ninja, que bien podrían parecer de Game Boy a primera vista, corriendo en el potente iPhone. Por cierto, es un juegazo que aprovecho para recomendar:

LA OSCURIDAD NO ERA SU ALIADA

   Seguramente deba varias de las dioptrías que acabé por acumular en cada ojo a Game Boy. La pantalla no estaba iluminada, algo impensable a día de hoy, y uno tenía que forzar bastante la vista a medida que se iba apagando la luz natural. Por supuesto, surgió todo un mercado de accesorios en forma de lámpara para iluminar la pantalla de Game Boy.

LUPAS PARA JUGAR

   Las lámparas no fueron los únicos accesorios que se hicieron populares para Game Boy; las lupas para aumentar el tamaño de su pequeña pantalla también estaban a la orden del día. Era habitual que ambas funciones hicieran equipo en un único periférico e incluso se llegaron a ver auténticas estaciones que supuestamente mejoraban el agarre o el sonido, y que hacían de una consola que ya de por sí era voluminosa un auténtico "tocho".

NI BATERÍAS, NI CARGADORES

   Hoy en día nos beneficiamos del microUSB para cargar casi cualquier dispositivo, con la excepción precisamente de las consolas portátiles o compañías como Apple que se niegan a prescindir de su propio puerto; también de cómodas baterías recargables en casi cualquier 'gadget', aunque en este terreno también hay compañías como Microsoft empeñadas en no usarlas para los mandos de sus consolas. Cuatro pilas AA alimentaban a la primera Game Boy y daban para jugar unas 10 horas, lo cual no estaba nada mal. Gracias a su tipo de pantalla, la autonomía era aproximadamente el doble que la de otras consolas rivales como la Game Gear de Sega.

MEJOR EN COMPAÑÍA

   Hoy en día el juego en compañía es tan común que a nadie le sorprende. Podemos jugar online con cualquier dispositivo, ya sea un 'tablet', un teléfono, u ordenador, una consola portátil o una de sobremesa, además de disfrutar de estándares inalámbricos como el Wi-Fi. Con Game Boy la cosa funcionaba con un cable, en un primer momento para jugar a dobles y después para hasta cuatro jugadores. Sin duda la cosa ha cambiado enormemente en estos últimos 25 años, pero la esencia de la competición -o cooperación- que nos enseñó aquella portátil se mantiene.

UN LOGOTIPO PUEDE SER EL TERROR

   Actualmente, hay tres errores que acojonan a un jugador. Especialmente si se trata de una consola de sobremesa, un error de lectura en un disco o un fallo de conexión pueden dar al traste con una partida; y si se trata de un juego para móviles, aunque en la tienda nos dejen descargarlo y aparentemente sea compatible, nos podemos llevar la sorpresa de que se cuelga una y otra vez al ejecutarlo en nuestro dispositivo. Con Game Boy, si el logotipo de Nintendo bajaba con los píxeles desordenados y, directamente, completamente negro, era la antesala del terror.

HABÍA QUE SOPLAR AL CARTUCHO

   Si el logotipo de un juego de Game Boy bajaba como no debía y el título no arrancaba, había que sacarlo, soplar dentro y menearlo un poco. Esto era así. Sin embargo, un estudio reciente (con cartuchos de NES) aseguró que soplar los cartuchos no funcionaba realmente e incluso podía contribuir a estropear aún más los juegos. Que funcionasen después de hacerlo no era resultado de soplar y, más bien, ejercía un "efecto placebo" en el jugador.

A GAME BOY LE FALTABA UN TORNILLO

   O dos, o los cuatro. Seguramente aquellos que tuviesen una Game Boy original sufriesen algo que era bastante común en aquella portátil y era la pérdida de los tornillos que sujetaban el frontal y la carcasa trasera. De hecho, a mi Game Boy le faltan los cuatro tornillos. Sin embargo, gracias a los que estaban dentro de la tapa de las pilas, la bendita portátil nunca se desmontó ni dejó de funcionar.

RESISTENTE COMO UN LADRILLO

   Porque si por algo se caracterizaba esta consola, y muchas otras de la época del cartucho, era por su resistencia. Mis Super Nintendo y Nintendo 64 practicaron varias veces el salto base desde la mesa hasta el suelo y siempre funcionaron a las mil maravillas, algo sorprendente si las comparamos con las frágiles consolas de hoy en día y sus lectores ópticos. El caso de la Game Boy "ladrillo" no era menos sorprendente. Durante unas vacaciones la obligué por accidente a hacer submarinismo dentro de un cubo de fregar con detergente y todo. Unas cuantas horas dentro de una caja con arroz después, estaba lista para seguir dando guerra. Nokia, por cierto, recientemente recomendó utilizar esta técnica para secar dispositivos electrónicos por su efectividad.

LOS JUEGOS 

TETRIS (NINTENDO, 1989)

BATMAN (SUNSOFT, 1990)

SUPER MARIO LAND 2 (NINTENDO, 1992)

DOUBLE DRAGON 2 (TECHNOS, 1992)

THE LEGEND OF ZELDA: A LINK'S AWAKENING (NINTENDO, 1993)

   Cada jugador tendrá sus títulos favoritos de Game Boy. Estos cinco son los que marcaron especialmente mi experiencia con la consola, por su calidad y diversión. Os animo a que compartáis en los comentarios los que os parezcan los mejores videojuegos de la mítica Game Boy.

Leer más acerca de: