The Witcher 3 Wild Hunt (análisis): El mundo a tus pies, brujo

Actualizado: viernes, 29 mayo 2015 13:18

MADRID, 29 May. (Mario Jiménez/Portaltic) -

   El Lobo Blanco ha decidido terminar su viaje por todo lo alto, dejándonos el que, por ahora, bien puede ser el mejor juego que ha visto la nueva generación de consolas (nosotros hemos analizado la versión de PS4) y un titulazo para PC. En CD Projekt han hecho un trabajo prácticamente impecable, de esos que marcan un punto y aparte en la historia de los videojuegos, y que se convierten inmediatamente en un vendeconsolas.

   El planteamiento de la tercera entrega de las aventuras de Geralt de Rivia parecía tan ambicioso cuando lo conocimos hace ya bastantes meses, que fueron muchas las dudas surgidas en torno al éxito del mismo a la hora de trasladarlo a la práctica. Por supuesto, el nivel de interés generado iba en consonancia con la altura del proyecto, así que las posibilidades de estar ante un hype también eran importantes. Cuando por fin ha llegado a nuestras manos, todos los temores se han disipado de golpe, porque The Witcher 3 es un lujazo.

   La historia transcurre un año después de los hechos que ocurrían en la segunda entrega de la saga. Con el Rey Foltest ya muerto, los Nilfgaardianos están en pleno enfrentamiento con los Reinos del Norte y cerca de ganar la guerra. Por supuesto, nuestro mago está en medio de todo este marrón y encima con la misión de encontrar a Ciri, su joven alumna, que es perseguida por la temible Cacería Salvaje, una especie de legión fantasma que va sembrando la destrucción allá donde llega y que siempre va un paso por delante de Geralt.

DONDE EL VIENTO NOS LLEVE

   En esta desesperada búsqueda somos nosotros los que elegimos el destino que le depara a los personajes. Y aunque el final es más o menos cerrado, el hecho de poder vagar libremente por un mundo amplísimo, casi inabarcable, y de influir en los acontecimientos con nuestras decisiones, genera una sensación única. Las ganas de abandonar la misión principal para perdernos en un bosque, recorrer una aldea o bucear por los fondos de un lago, son incontenibles, por lo que salirse de la ruta a seguir es lo más habitual.

   Para completar el juego son necesarias infinitas horas, según los desarrolladores unas 300, pero si se va directo a la historia principal (algo que nos parece complicado por lo emocionante y necesario de las misiones secundarias) en unas 60 se podría acabar. En cualquier caso, renunciar a la aventura que subyace por debajo del hilo principal sería todo un error. Primero porque no conseguiríamos la experiencia necesaria para que Geralt se enfrente con los duros enemigos que pueblan el universo de The Witcher 3, y segundo porque muchas de las misiones secundarias bien podrían protagonizar un juego en solitario por lo profundo de su planteamiento.

   En cualquier momento es posible dedicarse a explorar el mundo, ya sea a pie, a caballo, utilizando los postes del camino para viajes rápidos o teletransportándonos si convencemos de ello a alguna bruja. Esto permite que podamos internarnos por peligrosos bosques, recorrer solitarios páramos, cruzar ríos en barco o, incluso, descender a cuevas ocultas que esconden importantes tesoros y durísimos enemigos. Que no os extrañe, sobre todo al principio, si más de una vez tenéis que salir por patas porque no podéis hacer frente a un monstruo o a una horda de bandidos porque son mucho más fuertes que vosotros. No hay nada de indigno en una retirada a tiempo...

   En cualquier caso, y para que esto no os pase, todos los rincones están plagados de objetos que podemos utilizar para mejorar las opciones de supervivencia de nuestro brujo. Desde armas y armaduras, hasta objetos para que nuestro querido caballo Sardinilla se asuste con menos facilidad si nos atacan. Por supuesto, hay decenas de ingredientes para preparar pócimas y ungüentos que, por ejemplo, aumentan el poder de una espada frente a determinados seres o nos permiten aguantar la respiración durante más tiempo debajo del agua. También encontramos elementos mágicos para mejorar las armas o los hechizos que Geralt es capaz de invocar.

   Estos hechizos reciben el nombre de señales y los hay de 5 tipos: Igni para atacar utilizando fuergo; Yrden, que ralentiza a los enemigos que entran en su área de acción; descargas telequinéticas con Aard; Axia, que permite influir en la mente de los enemigos (y de otros personajes en una negociación o en un interrogatorio, por ejemplo); y Quen, que crea un escudo protector alrededor de Geralt.

NO TODO ES LUCHAR

   Las habilidades del brujo van mucho más allá de ser un maestro en el uso de la espada o la ballesta. El amigo de Rivia es capaz también de seguir rastros utilizando sus poderes de mago, lo que resulta ideal para encontrar pistas durante las misiones o ayudar a otros personajes a localizar a un ser querido desaparecido. También es un sagaz investigador, habilitado para encontrar señales en un cadáver o en una escena del "crimen" que nos sirven para dar sentido al rompecabezas de la misión que estemos completando.

   Como hemos dicho también es capaz de influir en los pensamientos de las personas que se cruzan en su camino (no en todos los casos), con una capacidad de persuasión que será más eficaz cuanto mayor sea el poder que hayamos desarrollado con Axia, el hechizo correspondiente a esta habilidad. Os aseguramos que es muy útil, porque no sólo nos sirve para ahorrarnos una buena cantidad de dinero si estamos negociando un precio, sino que podemos desbloquear conversaciones o acciones que de otra manera no conseguiríamos.

   De hecho, en muchos momentos resulta más efectivo, y menos traumático, utilizar el poder de la palabra que el de la espada. Muchos de los personajes son gente asustada por la guerra y los monstruos, y lo que menos necesitan es otro machote violento. Además, conviene recordar que las decisiones que tomamos pueden tener repercusión en el futuro, hasta el punto de que no invitar a una ronda a unos soldados nos puede llevar a tener que dar un importante rodeo en otro momento de la aventura. Y es que, como bien dicen en Juego de Tronos, "el Norte recuerda".

   No podemos olvidarnos del Gwynt, un juego de cartas que recuerda bastante a otros tipo Magic, al que podremos jugar muchas veces a los largo de la historia. Prácticamente cualquier mercader está dispuesto a retarnos. El planteamiento, muy simplificado, consiste en elegir una baraja entre las 4 disponibles, e ir distribuyendo la mano en tres filas según el tipo de guerrero empleado. Luego, aparte de cartas de clima, efecto o hechizo, entra en juego nuestra habilidad como estrategas, porque no son partidas sencillas, aunque parezca lo contrario. De hecho, es posible ir aumentando nuestra baraja con nuevas cartas para hacerla más poderosa, algo conveniente porque os aseguramos que os vais a enganchar al Gwynt.

QUÉ BIEN TE VEO GERALT

   Mucho se ha hablado últimamente del apartado técnico de The Witcher 3. Que si downgrade para abajo que si downgrade para arriba. Si somos sinceros, si tal bajada de calidad en los gráficos se ha producido, a la hora de la verdad no afecta a que estemos ante una experiencia visual tremenda. Al menos en la versión de Playstation 4, que es la que hemos analizado.

   Cierto es que algunas texturas a veces presentan algún fallo, pega algún tirón o que en ciertos momentos el motor de colisiones no hace bien su trabajo, pero creemos que es algo normal en un juego de estas características, tan amplio y con tanto desarrollo. Salvando esto, que está ahí, el título es una auténtica joya gráfica y artística, con unos escenarios en los que el nivel de detalle te obliga a parar en muchas ocasiones para contemplar el paisaje.

   Los efectos de luz son de lo mejorcito que hay hasta ahora en consolas, y la transición día-noche es sencillamente increíble. Lo mismo sucede con la climatología, completamente aleatoria y lograda de una manera soberbia, desde la lluvia hasta los relámpagos, pasando por la niebla o por las zonas en las que el sol es implacable.

CONCLUSIÓN

   CD Projekt ha logrado crear un mundo vivo, en el que los personajes interactúan entre sí, donde encontramos animales en mitad de los bosques paciendo a sus anchas y donde la sensación de sentirse pequeño ante su extensión es patente en todo momento, no solo gracias a sus dimensiones y nivel de detalle, sino también por cómo se desarrolla la historia y cómo afectan nuestras decisiones. Recorrer entero el mundo de The Witcher 3 requiere horas y horas y horas, y aún así no llegaréis a conocerlo, porque una zona durante el día no tiene nada que ver con esa misma zona durante la noche. Del mismo modo, por ejemplo, la ciudad de Novigrado, una de las tres principales que conforman el mapa, bien podría ser la más extensa que hayamos visitado en un juego del género.

   Estamos ante un título grande, muy grande, y no nos referimos solamente a lo basto de su mundo. Desde luego, si tenéis pensado hacer un desembolso en juegos, no dudéis ni un segundo que debe de ser The Witcher 3.