MADRID, 30 Jul. (Portaltic) -
Los doodle de Google y las redes sociales acabaron
con un clásico de la procrastinación: el Solitario. Con Windows 8, Microsoft
decidió retirar este y otros juegos míticos presentes en el sistema operativo
desde los tiempos de Windows 95. Ahora, el juego de naipes regresa a las
aplicaciones instaladas por defecto con la última actualización Windows 10, disponible
de forma gratuita desde ayer, aunque eso sí, con molestos anuncios
publicitarios que solo pueden eliminarse pagando una suscripción.
Windows 10 ya está aquí y trae muchas
características nuevas enfocadas al gaming, como un DVR para grabar las partidas
y un desde Xbox One a
la PC. No obstante, Microsoft también ha querido apostar por la diversión
inmediata y sin adulterar que ofrecen los videojuegos retro, y ha incluido
una colección de juegos de cartas llamada "Microsoft Solitaire
Collection" entre las aplicaciones nativas del sistema, que anteriormente
solo se podía conseguir pasando por la tienda de Windows.
No obstante, el adictivo Solitario no va a llegar
como siempre lo ha hecho: en esta ocasión trae consigo mucha publicidad invasiva
y, sin que sirva de consuelo, la opción de eliminarla a través de una
suscripción de 1,37 euros al mes o 9 euros al año. Aunque es
posible soportar los continuos ads que van saltando
durante la
partida, la publicidad
del Solitario
también
incorpora vídeos que
ocupan toda la ventana, con lo que jugar sin interrupciones resulta prácticamente
imposible.
En las
versiones anteriores del sistema operativo de Microsoft, el juego no venía instalado por defecto, pero era
posible descargarlo de forma gratuita desde la tienda y en ningún caso incluía
pagos internos
al estilo de Candy
Crush, con lo que
este cambio en el
modelo de negocio ha
causado una
gran polémica entre
los usuarios, que han visto truncado el esperado regreso del título de su juventud.
Ante
esta noticia, cabe
esperar que el regreso de otros clásicos como el Buscaminas y el
Pinball de Windows XP exija también el pago de una cuota mensual, aunque en el
segundo caso, casi merece la pena.