ALMERÍA 14 Oct. (EUROPA PRESS) -
Desde el mes de agosto se liberan en los invernaderos andaluces cerca de 12.000 millones de insectos beneficiosos para la agricultura bajo plástico, ya que éstos forman parte de las técnicas de control biológico aplicadas a las plantaciones invernadas de forma que estos insectos actúan como depredadores naturales ante las plagas, con lo que se evita el uso de pesticidas.
Según ha explicado la Interprofesional de Frutas y Hortalizas, Hortyfruta, los insectos depredadores más utilizados en los cultivos de invierno son el Amblyseius swirskii, Orius laevigatus, el Aphidius colemani y el Diglyphus isaea, de manera que se ha demostrado su eficacia contra los trips, mosca blanca, minador y pulgones, principales enemigos de las plantas.
Así, a comienzos de la presente campaña, un total de 13.583 hectáreas de cultivo --excluyendo los cultivos de primavera como melón y sandía-- estarán sometidas a técnicas de control biológico, "un hito que marca una diferencia fundamental con las técnicas agrícolas empleadas en otras zonas de España y de medio mundo", según la Interprofesional.
El pimiento es el producto que más emplea esta técnica de control biológico, ya que el cien por cien de su cultivo se realiza con fauna auxiliar. Le siguen, la berenjena, con el 40 por ciento de su producción sometida a esta técnica, el pepino con un 26 por ciento, el calabacín con un 25 por ciento y tomate un 25 por ciento también.
Además de las ventajas para los cultivos, ya que el control biológico aporta más garantías en los estándares de calidad y seguridad alimentaria, el uso de estos insectos resulta económicamente más favorable que la aplicación de productos químicos, ya que la presencia de las plagas disminuye año tras año.
Anualmente, se producen en los invernaderos andaluces alrededor de 2.500 millones de kilogramos de estas hortalizas, el 65 por ciento de ellas se destinan a su consumo en el exterior, fundamentalmente Alemania, Francia e Inglaterra.