Audiencia Provincial de Almería - EUROPA PRESS - Archivo
ALMERÍA 28 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Almería ha condenado a A.F.H. a 23 años y medio de prisión por abusar y agredir sexualmente de la hija menor de su pareja sentimental desde que ella contaba con once años de edad, entre 2005 y 2012, para lo que se aprovechaba de su proximidad con la víctima, a la que llegó a tomar fotos y vídeos que almacenaba en su poder.
En concreto, el tribunal le impone dos años y medio de prisión por un delito de abuso sexual, 14 años por la agresión sexual con penetración y otros siete años de cárcel por elaboración de material pornográfico, todos ellos con carácter continuado en el tiempo y con la agravante de parentesco por afinidad, al tiempo que le impone una indemnización a favor de la víctima de 50.000 euros.
El fallo, consultado por Europa Press, considera probado que el conocido empresario hostelero abusó de la menor en determinados momentos entre 2005 y 2006, al inicio de la relación sentimental con la madre de la víctima, cuando todos ellos compartían momentos de convivencia en un cortijo de campo situado en la localidad almeriense de Rioja.
En este sentido, el tribunal presidido por Soledad Jiménez Cisneros apunta que cuando la menor cursaba sexto de primaria y contaba con una edad de 11 y 12 años, siempre a "horas intempestivas" comprendidas entre la medianoche y las 6,00 horas, el acusado se dirigía a su dormitorio donde abusaba de ella, lo que tuvo lugar "en varias ocasiones sin que se pueda concretar el número".
Este comportamiento se repitió en más ocasiones entre 2008 y 2012 por parte del acusado, quien en 2009 llegó a contraer matrimonio con la madre de la adolescente con las que inició una convivencia en la que la víctima".
La sentencia, contra la que cabe recurso de apelación, relata las agresiones sexuales que padeció la menor a la que obligó a mantener relaciones sexuales explícitas con capítulos específicos que la víctima relató durante la vista oral y que, en su defensa, el acusado aseguró que eran "consentidas".
Asimismo, durante este tiempo el acusado tomó vídeos y fotografías de la menor desnuda, siempre de madrugada, cuando esta se encontraba en su dormitorio, e incluso llegó a filmar actos sexuales que almacenó en archivos en una tarjeta de memoria.
Al mismo tiempo, y según considera probado el tribunal, a partir de contraer matrimonio con la madre de la afectada el acusado ejerció las "funciones de padre" con respecto a la menor, "corrigiéndola si llegaba tarde, ocupándose de su medicación, de ponerle crema si se lastimaba haciendo deporte, llegando incluso a controlar sus menstruaciones", detalla el tribunal.
A.F.H. empleó además su posición para influir en la víctima, a la que llegó a realizar "tocamientos" en público con la excusa de que era "broma" o "gestos de cariño". No obstante, si ella se negaba, le amenazaba con dejar "sola" a su madre al tiempo que le recordaba que su "nivel de vida" se debía a sus aportaciones económicas.