ALMERÍA 18 May. (EUROPA PRESS) -
El fotógrafo Toni Catany, Premio Nacional de Fotografía 2001, considerado uno de los cien mejores fotógrafos del mundo por la revista 'Life', dirige el taller 'Naturaleza muerta' organizado por el Centro Andaluz de la Fotografía desde este miércoles hasta el próximo viernes. Catany abordará su trayectoria artística, sus técnicas, sus motivaciones, y además dirigirá una sesión práctica en el plató del CAF donde los participantes fotografiarán una naturaleza muerta, que además tendrá carácter almeriense, ya que se realizará con algunos elementos que evoquen la ciudad.
Según ha señalado Catany en una rueda de prensa, buena parte del taller es de carácter "práctico", dado que tanto los alumnos como el profesor realizarán su propio bodegón, con la particularidad de que emplearán elementos relacionados con Almería que le inspiren. "La elección de los elementos que vamos a fotografiar es muy importante, de modo que mañana visitaré el centro y veré los puestos de frutas y flores, entre otros, e iré escogiendo aquello que me llame la atención", explica.
Catany colabora de nuevo con el Centro Andaluz de la Fotografía de la Consejería de Cultura en este curso que contará con la participación de quince personas, la mayor parte ellas desarrollan un proyecto de naturaleza muerta actualmente. El premio nacional formó parte en 1992 del Proyecto Imagina y su trabajo se expuso en dos exposiciones en 1992 y 1994.
El dominio de la luz y la composición le han hecho superar las fronteras de la pequeña isla donde nació. Catany refleja una estética muy particular en su obra. Siempre se interesó por las técnicas fotográficas del siglo XIX que le llevarían a adquirir material fotográfico antiguo, y a experimentar con técnicas muy diversas como el calotipo.
Se dio a conocer internacionalmente recuperando el calotipo en 1979. Con esa técnica fotografió paisajes y bodegones, primero en blanco y negro, después en color. Posteriormente centró su trabajo en el desnudo masculino. Más adelante, el mar Mediterráneo fue objeto de sus fotografías, de donde surgió el libro La Meva Mediterrania, empleando para ello todas las técnicas que conocía hasta el momento. Esta publicación recibió varios premios, entre ellos el otorgado por los Encuentros Internacionales de Fotografía de Arlés en 1991.