Actualizado 22/10/2015 11:04

Muñoz Molina:"El origen de una novela siempre es una cosa muy modesta"

Muñoz Molina, en un acto de las fundaciones Cajasol y José Manuel Lara
EUROPA PRESS/FUNDACIÓN CAJASOL

SEVILLA, 21 Oct. (EUROPA PRESS) -

El escritor jiennense Antonio Muñoz Molina ha ofrecido este miércoles en la sede de la Fundación Cajasol en Sevilla la charla-coloquio 'Aprendiendo a escribir novelas', en el marco de la cual ha asegurado que el origen de una novela "siempre es una cosa muy modesta que se queda en la imaginación".

En este acto, organizado por Fundación Cajasol y Fundación José Manuel Lara, en autor ha conversado con el periodista Alejandro Luque, una conversación en la que ha también ha manifestado que "el libro nace de los orígenes más casuales" y que "pequeñas imágenes que se guardan en la cabeza te llegan a servir con el tiempo". "Hay pequeñas observaciones que son muy reveladoras", apostilla.

Asimismo, el autor de 'Plenilunio', 'El invierno en Lisboa' o 'El jinete polaco' afirma que el problema que hay al escribir es que "el proceso de conocimiento es idéntico al proceso de escribir", es decir, "vas descubriendo la novela mientras la vas escribiendo". Al respecto, indica que "a veces después de un día muy bueno tienes otro día en que no hay nada; y a veces lo dejas, y justo al dejarlo es cuando se te ocurre algo".

Sobre la importancia de empezar bien una novela, el narrador ha manifestado que la primera frase de un libro "no tiene que seducir al lector sino al escritor", ya que "en el momento en que la tienes parece que el libro entero va a salir de esa frase", destaca, al tiempo que resalta que la literatura "se escribe mucho con el inconsciente".

Muñoz Molina se ha referido también al proceso de documentación, un aspecto que ha cambiado mucho con la llegada de Internet por "la proximidad de conseguir documentación de primera mano con facilidad", manifiesta, y dice que el escritor encuentra documentación que "le sirve para inventar y según avanza busca una documentación y no otra". Aunque, precisa, "es una paradoja porque te tienes que informar y tienes que hacer como si no te hubieras informado".

Cuestionado sobre su última novela, 'Como la sombra que se va', en la que él mismo es un personaje, el autor reconoce que "ponerse en el lugar de sí mismo hace 30 años es un trabajo difícil", y acerca de lo que nunca hay que hacer a la hora de escribir afirma que "escribir mucha veces, por lo pronto, es no escribir ciertas cosas" y "no caer en la basurilla lingüística de la estamos rodeados".

"LA BELLEZA MUCHAS VECES SE CONSIGUE QUITANDO COSAS"

Además, el escritor defiende que "no pasa nada por no parar" cuando se escribe una historia y que "lo importante es saber quitar", ya que "la belleza muchas veces se consigue quitando cosas". Además, indica que "un texto literario puede ser siempre mejorable", y resalta que "la novela como arte aspira a contar la complejidad del mundo".

Por último, y ante la pregunta de si los maestros son generosos, Muñoz Molina afirma que él ha conocido a personas muy generosas que en un momento dado le han ayudado. Entre ellos ha enumerado a Carmen Martín Gaite, Miguel Delibes, Eduardo Mendoza o Juan Carlos Onetti, del que destaca "fue un ejemplo de generosidad".