Innova.- Asaja pide subvenciones "reales e igualitarias" para los agricultores que apuesten por cultivos bioenergéticos

La entidad participa en una investigación para obtener biocarburantes de segunda generación

Europa Press Andalucía
Actualizado: lunes, 25 febrero 2008 16:08

SEVILLA, 25 Feb. (EUROPA PRESS) -

La organización agraria Asaja-A pidió hoy "subvenciones reales" para los agricultores que opten por los cultivos bionergéticos e "igualitarias" para todos los integrantes de la cadena productiva.

El responsable técnico de biocombustibles de la entidad, Carlos Mesa, explicó a Europa Press la importancia del sector agrario como área estratégica para el desarrollo de estas políticas medioambientales y para el cumplimiento de los objetivos marcados por la directiva europea, algo que esperó que se refleje en "apoyos reales".

"Hay que incentivar a toda la cadena de producción de los biocarburantes, desde el agricultor al cliente, incluyendo al industrial y al transportista", agregó Mesa, quien recordó que los agricultores "no se encuentran en estos momentos en igualdad de condiciones a la hora de recibir incentivos".

Así, apuntó que el cliente no paga una serie de impuestos a la hora de adquirir el producto final, mientras que los industriales y el resto de la cadena se ven beneficiados por una serie de exenciones y beneficios fiscales. Mientras tanto, el agricultor "sólo recibe 45 euros por hectárea, una cantidad que no es suficiente", subrayó.

El uso de los biocarburantes cuentan con una "clara prioridad política" en estos momentos. Así, la Unión Europea (UE) ha realizado una propuesta directiva mediante la cual se compromete a los estados miembros a que el transporte use en 2020 un diez por ciento de biocarburantes.

Para conseguir esta cifra, la UE habla de destinar a este fin una cifra cercana al doce por ciento de la superficie agraria útil, algo que será completado con las importaciones. En la actualidad, el 80 por ciento de la energía es importada en la UE, una cifra que asciende hasta el 90 por ciento en el caso nacional.

Sin embargo, si se pretende reducir esta dependencia, "hay que incentivar la producción, ya que si no es rentable producir biocarburantes aquí y hay que traerlos del exterior, el problema de la dependencia será el mismo", por lo que remarcó la necesidad de aumentar las hectáreas cultivadas.

Según los datos aportados, España cuenta con unas 200.000 hectáreas destinadas a la producción de biocarburantes, de las que unas 3.000 son andaluzas. Esta cifra nacional debería ascender hasta 1,3 millones de hectáreas para que en 2010 el 5,75 por ciento de lo consumido sea de biocarburantes, planteando que el 40 por ciento de bioetanol y el 25 por ciento de biodiesel sea producido en el país.

Recordó la importancia del desarrollo de este tipo de energía ante el crecimiento poblacional experimentado a nivel mundial, el aumento de la calidad de vida y la evolución de los países emergentes, temas que influyen directamente en el consumo de energía y en la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera. Ante esta situación, recalcó la necesidad de apostar por los biocombustibles en contraposición al uso de los fósiles.

ALTERNATIVA.

El técnico apuntó al desarrollo de los cultivos bionergéticos como una "alternativa" para el sector agrario, destinada además a eliminar la dependencia existente del petróleo.

En este sentido, señaló que la Política Agraria Común (PAC) disminuye las ayudas a los agricultores en sectores como el algodón o la remolacha, y los biocarburantes se establecen así como una "oportunidad" de rentabilizar sus terrenos.

Mesa también abogó por el uso de los transgénicos con este fin, ya que "aumentan el rendimiento de la producción y procurarán un mayor número de litros de combustibles".

BIOCOMBUSTIBLES DE SEGUNDA GENERACIÓN.

La organización forma parte de un proyecto de I+D+I, dentro de la iniciativa 'Cenit' del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio que estudia e investiga las posibilidades reales de los cultivos bioenergéticos de segunda generación.

La iniciativa, que cuenta con la participación de 25 empresas y 27 centros de investigación, comenzó en enero de 2007 y tiene una duración de cuatro años.

Dentro de este estudio, ya existen múltiples plantaciones de lignocelulósicos, destinados a la producción de biocarburantes de segunda generación en terrenos sevillanos para estudiar sus posibilidades. Esta especie también se usa para la obtención de biocombustibles sólidos tales como astillas, pelets o briquetas.

Entre las ventajas de este tipo de plantas, entre las que se encuentra el sorgo o el cardo, está el hecho de que son especies que sólo se utilizan para uso energético y no compiten con el sector alimentario, como pasa con otros como es el caso del cereal.

Además, de estas especies se usa toda la planta para la producción de biocombustible y no sólo una parte, como es el caso del girasol del que sólo se usa la pipa. "Esto permite un aprovechamiento mucho más eficiente y eficaz del producto", agregó.

El objetivo principal de estos ensayos es el análisis de la rentabilidad de este tipo de cultivos, observando los costes de siembra en comparación con los precios que pagará a continuación la industria energética.

Además, el estudio, con un presupuesto de 33,1 millones de euros, determinará en qué zonas existe un mayor rendimiento de las plantas dependiendo del lugar donde se encuentren.

Mesa matizó que los implicados en este asunto "no pueden quedarse parados esperando que den resultados estas investigaciones, sino que han de seguir apostando por los biocombustibles a partir de los cultivos tradicionales", ya que su uso para este tipo de producción "no influye en la subida experimentada por los precios de los alimentos".

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