SEVILLA 29 Abr. (EUROPA PRESS) -
La consejera de la Presidencia, Mar Moreno, destacó hoy que la Junta de Andalucía ha realizado "adecuadamente sus deberes" en la puesta en marcha de la Televisión Digital Terrestre (TDT) y que Andalucía cuenta con uno de los niveles "más elevados" de implantación de la en España.
Durante su intervención en el Parlamento, Moreno señaló Andalucía culminó "con éxito" este proceso, que "ha permitido la universalización, por primera vez, de la televisión en Andalucía". Además, recordó que la Junta colaboró en este plan de implantación impulsado por el Gobierno central, "habiéndose cumplido los plazos con absoluta normalidad".
Asimismo, defendió que se han garantizado las dos condiciones "esenciales" indicadas desde el Gobierno, como es que la cobertura de la televisión digital fuera, "al menos", igual que la analógica preexistente y que el grado de conexión y conocimiento de la nueva tecnología por parte de los ciudadanos se realizase en términos de "igualdad y universalidad".
En cuanto a su desarrollo, la consejera apuntó que este proceso fue de "gran complejidad", ya que desde el punto de vista técnico, la transición obligó a adaptar los centenares de centros emisores y reemisores de televisión, que son los que permiten llevar las señales televisiva a los 771 municipios de la Comunidad.
Moreno subrayó que la implantación de este proceso ha obligado a las Administraciones a realizar grandes inversiones que "han generado un fuerte empleo en el sector de las telecomunicaciones".
En este sentido, se refirió a los "esfuerzos" realizados por la Junta para garantizar la adaptación técnica de los hogares y que los ciudadanos tuviesen conocimiento de la nueva tecnología. Con estos objetivos, recordó que se pusieron en marcha medidas como la creación de un portal web de la TDT en Andalucía, el desarrollo de un canal de acceso a información, la realización de jornadas formativas y el apoyo a colectivos con riesgo de exclusión, con la entrega de descodificadores de TDT.
Finalmente, la consejera definió el proceso como "una operación de gran calado social", en la que también se han producido "algunas molestias que nos preocupan y en las que hemos trabajando para solventar".