Málaga.- Tribunales.- Declaran los presuntos miembros de una red criminal entre fuertes medidas de seguridad

Uno de los acusados reconoce haber matado a un hombre y dice que otro procesado, en busca y captura, estaba en tratos con la Policía

Europa Press Andalucía
Actualizado: miércoles, 20 febrero 2008 18:20

MÁLAGA, 20 Feb. (EUROPA PRESS) -

Los presuntos miembros de una organización criminal, formada en su mayoría por franceses de origen argelino y supuestamente dedicados al secuestro de traficantes de droga marroquíes, declararon hoy ante el Tribunal encargado de juzgarlos, la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Málaga, entre fuertes medidas de seguridad. Casi una veintena de agentes de la Policía Nacional formaron el dispositivo previsto para la celebración del juicio.

Así, los efectivos se distribuyeron tanto fuera de la sala como dentro de ella, donde los procesados que se encuentran en prisión permanecieron con las manos esposadas a la espalda. Asimismo, los agentes eran los encargados de acercarse a los acusados para mostrarles los documentos que solicitaban las partes; mientras que hubo, además, vigilancia aérea en el traslado para evitar riesgos de fuga.

El fiscal acusa a 12 hombres --de los que dos están en busca y captura-- como presuntos miembros de una organización criminal, afincada a partir de 2003 en la Costa del Sol, y supuestamente dedicada al secuestro de marroquíes que se dedicaban al tráfico de hachís con el fin de apoderarse de dicha mercancía y trasladarla al sur de Francia para venderla, según la acusación de la Fiscalía, que pide en total para todos más de 380 años de prisión.

Según el escrito de conclusiones provisionales, al que tuvo acceso Europa Press, seis de los procesados, junto con otro que está declarado en rebeldía, formaban parte de un primer núcleo o grupo de nacionalidad francesa y origen argelino que "se conocían y se venían dedicando en su país a diferentes actos delictivos". Antes de instalarse en la costa malagueña, estuvieron en la zona de Tarragona.

Los delitos que se imputan son asociación ilícita, que achaca a todos; secuestro, receptación, asesinato, tenencia de armas corta y prohibida y tráfico de drogas, según los casos. El presunto cabecilla de la red, Benaissa D., es el que se enfrenta a la pena de prisión más alta, en concreto, 54 años, por los nueve delitos de los que se le acusa. Además de los procesados, hay cuatro presuntos integrantes que están en rebeldía.

El principal acusado, que según el fiscal era conocido como 'Poto', sólo contestó, en francés como el resto, a algunas preguntas de la acusación pública y aseguró que no tenía nada que decir porque "no tengo nada que ver con esta historia". Otros dos procesados se expresaron en este mismo sentido y aseguraron que cuando sucedieron los hechos, en octubre y noviembre de 2004, no estaban en España.

ASESINATO.

Uno de los acusados sí reconoció haber matado a un hombre, pero negó haber participado en el secuestro de éste ni en el secuestro frustrado de otro marroquí en la barriada malagueña de Huelin. Éste aseguró que un amigo que tenía problemas abrió el maletero de un coche en una gasolinera a las afueras de la capital y le ofreció 100.000 euros si aceptaba matar al hombre que estaba allí, contra el que, finalmente, descargó toda la pistola, según dijo.

Según explicó, ese amigo era uno de los procesados marroquíes, que no compareció hoy en el juicio y se encuentra en busca y captura, el cual, según añadió, le aseguró que llegaría "a un trato con la Policía". Así, declaró que se ha decidido a contar la verdad porque éste "me ha traicionado", al fugarse, y porque "no aguanto más el ver a esta gente llorando en la cárcel".

Asimismo, éste procesado, que intentó huir cuando fue detenido, saltando de un coche policial en marcha, indicó que en esa gasolinera estaba el fugado y dos marroquíes, pero exculpó a todos los acusados, al insistir en que ninguno estuvo en el lugar donde se produjo el encuentro.

SECUESTROS.

Para el fiscal, este grupo mantuvo en España "una infraestructura en la que cada uno de ellos tenía asignadas funciones específicas dentro de una dinámica delictiva amplia", siendo Benaissa, que se instaló en Marbella (Málaga), "la persona encargada de la dirección, planificación, determinación de objetivos y supervisión de las actividades, en las que participaban directamente".

El relato de hecho comienza en septiembre de 2004 cuando el grupo quiso secuestrar a un marroquí en la barriada de Huelin, lo que fue frustrado por la presencia de una patrulla de la Policía, por lo que terminaron arrojando al hombre, que no ha sido localizado, a un contenedor tras propinarle una "gran paliza", señala el fiscal. Los procesados lograron huir a pesar de la persecución policial y luego se encontró el vehículo que era robado.

Días más tarde, se desplazaron a Cartagena (Murcia) porque había recibido información de una furgoneta cargada de hachís. Esa sustancia fue sustraída por miembros de la banda de otro hombre, conocido como 'El carnicero', que se convirtió en el nuevo objetivo de la organización; aunque este secuestro tampoco pudo llevarse a cabo en ese momento, pero sí en el mes de noviembre, tras concertarse una cita con el hombre a través de un intermediario.

En una casa entre Murcia y Alicante, le dieron una brutal paliza, "apaleándole y golpeándole con gran violencia" con un objeto contundente, llegando a dispararle con un arma corta a escasa distancia en diferentes zonas del cuerpo, según el escrito de la acusación pública, quien considera que se le sometió un "sufrimiento prolongado" para saber dónde tenía guardado el hachís.

Luego, lo llevaron moribundo a una casa de Casabermeja (Málaga), aunque el presunto cabecilla de la red cambió de opinión y decidió que lo abandonaran en el interior del maletero de un coche en una zona cercana al Pantano del Agujero, donde fue descubierto por un vigilante de la presa del Limonero "atado de pies y manos con cinta de embalar y en estado agonizante". Tras una mala evolución, falleció al día siguiente en el hospital.

Contenido patrocinado