Una fundación trabaja para eliminar la munición de caza con plomo, muy nocivo para el quebrantahuesos

Cría De Quebrantahuesos Siendo Alimentada
FUNDACIÓN GYPAETUS
Actualizado: sábado, 7 agosto 2010 13:20

JAÉN, 7 Ago. (EUROPA PRESS) -

La Fundación Gypaetus trabaja para eliminar la munición de caza con plomo, un metal pesado muy nocivo para el quebrantahuesos y que, de hecho, es responsable de la muerte de dos de los cinco ejemplares fallecidos de los 19 que han sido liberados hasta el momento.

En declaraciones a Europa Press, el técnico coordinador de la fundación, José Eugenio Gutiérrez, ha explicado que los efectos negativos del plomo se conocen desde antiguo y van desde la anemia a malformaciones óseas por su incompatibilidad con el calcio, pasando por daños en los sistemas inmunitario y nervioso. Además, se trata de un "veneno acumulativo", ya que el cuerpo es incapaz de eliminarlo por sí mismo.

Según ha detallado, llega hasta el organismo del quebrantahuesos a través de las piezas que "con buena fe" los cazadores dejan para los carroñeros pero también cuando el proyectil es disparado y se pulveriza dejando esquirlas al impactar en el animal. "El quebrantahuesos tiene unos jugos gástricos muy potentes, con un PH similar al ácido clorhídrico, lo que facilita la absorción del plomo, que se acumula en la sangre, huesos y tejidos y también puede pasar a los embriones", ha señalado.

Así las cosas, la solución pasa por la utilización de balas libres de plomo, con la ventaja de que ya existen en el mercado y son de cobre. Sin embargo, no son populares, por lo que el trabajo de Gypaetus se centra en darlas a conocer para que vayan sustituyendo a las actuales.

Por ello, los técnicos han realizado un estudio junto a los propios cazadores y expertos en balística que ha confirmado que las balas de cobre son tan buenas como las de plomo. "No es que vengan unos a venderles sus bondades, es que se lo estamos demostrando y han visto cómo funciona", ha indicado Gutiérrez para añadir que ya han realizado pruebas de este tipo en las sierras de Castril, en Granada, y Cazorla, Segura y Las Villas, en Jaén.

Con esta premisa, ahora se trata, según ha remarcado, de una labor de conocimiento y concienciación para que los amantes de la caza cambien el tipo de proyectiles de forma voluntaria. "Funciona, encima no perjudica al medio ambiente y también mejora la calidad de la carne que consumimos, ya que también nosotros acumulamos plomo al comer piezas cazadas", ha argumentado. Asimismo, la cuestión económica no es un obstáculo, ya que aunque en general las balas de cobre son "algo más caras, el porcentaje es tan pequeño que apenas hay diferencia".

POBLACIÓN VIABLE Y ESTABLE

El plomo es, junto a los cebos envenenados, uno de los principales peligros para el quebrantahuesos. En el caso de los cebos, también se está luchando y consiguiendo logros. "Medio Ambiente está haciendo una magnífica labor, pionera en Europa, y a ello se unen otros agentes como la Guardia Civil, o la propia fundación con los ganaderos para concienciar y lograr que esta práctica se reduzca", ha subrayado el gerente de Gypaetus, Jesús Charco. El plomo es también muy nocivo y, de hecho, se hallaron en altas concentraciones en dos de los cinco ejemplares muertos hasta el momento.

Desde 2006, cuando comenzaron las sueltas, se han liberado 19 y 14 tienen una evolución favorable. Las sueltas se suelen realizar a finales mayo y principios junio. Los normal son dos al año, como en este con una en Jaén y otra en Granada. No obstante, se quiere aumentar porque el programa de reintroducción del quebrantahuesos pretende crear una población viable y estable que no necesite de la mano del hombre para reproducirse y criar en libertad.

"Tienen una vida muy larga, con una madurez sexual a los seis o siete años, y eso requiere mucho esfuerzo e intensificar las sueltas para que se produzca cuanto antes. Para ese objetivo hace falta como mínimo cuatro o cinco años y posiblemente serán más", ha concluido Charco.