BAEZA (JAEN), 17 (EUROPA PRESS)
Una empresa ha comenzado hoy con las tareas de demolición de las casas de Baeza (Jaén) contra las que se estrelló un avión militar el pasado mes de septiembre provocando la muerte de una mujer y su bebé que residían en una de las viviendas siniestradas.
Fuentes del Ayuntamiento de Baeza consultadas por Europa Press precisaron que el coste de la demolición de las viviendas será sufragado por los propios propietarios de los inmuebles afectados pero que después serán indemnizados por este gasto.
Precisamente hace un mes el Ayuntamiento de Baeza inició el expediente de declaración de la situación de ruina urbanística de los edificios de la calle San Ildefonso contra los que se estrelló el avión militar, un mes en el que el Consistorio ha celebrado varias reuniones con técnicos municipales y familias afectadas para acordar cómo se iba a efectuar la demolición.
Así, determinaron derribar las casas una vez concluyera la Semana Santa pues debido a estas tareas la calle se tiene que cortar al tráfico ya que soportará un elevado tránsito de camiones.
Técnicos municipales del Ayuntamiento de Baeza cifraron a principios de octubre en 1.554.124 euros los daños sufridos en diversas viviendas de la calle San Ildefonso de Baeza contra las que impactó el avión militar.
La casa más dañada, la número 11, registra daños valorados en 655.916 euros. Además, los desperfectos producidos en la vivienda ubicada en el número 13 ascienden a 454.779 euros, mientras que la otra edificación afectada, la número 15, se ha tasado en 398.079 euros. En total, por los daños producidos en estas tres viviendas se pide una indemnización de 1.508.772 euros.
LOS HECHOS
Este suceso se remonta al pasado 2 de septiembre de 2005, cuando un avión militar CASA 101 se estrelló contra el tejado del número once de la calle San Ildefonso de Baeza, resultando muertos el piloto de la aeronave, el capitán Francisco José Cabezas, y una mujer de 30 años y su hija de ocho meses que se encontraban en el interior de la vivienda cuando se produjo el impacto.
El ministro de Defensa, José Bono, informó entonces de que el piloto "estaba fuera del sector que se le asignó para entrenamiento" y que, por lo tanto, había llevado a cabo una actuación "contraria al reglamento".
Por su parte, la familia de las dos fallecidas, que presentó denuncia por los "daños personales y materiales", exigió que se identifique a "los responsables que han permitido, autorizado o tolerado que constantemente se sobrepasara el radio de acción del avión siniestrado".
La familia señaló que este incidente se produjo por "una sucesión de incumplimientos", ya que "bajo ningún concepto nadie puede realizar en ninguna población acrobacias o piruetas". "Si tales actuaciones han existido son, cuanto menos, reprochables y deben aparecer todos los responsables reales de este suceso", subrayaron.