JAÉN 18 Jul. (EUROPA PRESS) -
Y.L.M., de 21 años, acusada de intentar matar a otra joven por celos, ha rechazado ante el tribunal que la juzga en la Audiencia de Jaén, que fuera la autora de la herida de arma blanca que sufrió otra joven, aunque ha reconocido que sí que se peleó con ella en una céntrica zona de Úbeda (Jaén) y que fue al separarlas cuando se percató de que la otra chica estaba sangrando.
La acusada ha dicho que desde que recibió el mensaje que demostraba que su expareja estaba con otra chica se puso "muy nerviosa" y lo que hizo fue intentar localizarlo para pedirle explicaciones.
Ha admitido haberse peleado con la víctima pero ha reiterado que "no sé como se produjo la lesión", al tiempo que ha rechazado haber sido la autora de la puñalada o llevar encima en ese momento algún arma blanca.
"Yo no apuñalé a Victoria", ha dicho la acusada cuando la presidenta del tribunal le ha dado la última palabra antes de declarar el juicio visto para sentencia.
Sobre el terreno de la agresión, la Policía Local encontró dos mangos de cuchillo y dos hojas, uno de ellos, de 12 centímetros de hoja, manchado de sangre.
La víctima ha declarado también no recordar con gran detalle lo ocurrido. Sólo que se peleó con la ex de su pareja y que cuando las separaron se vio la sangre y se percató de que estaba herida.
"Yo no vi en ningún momento un cuchillo", ha dicho la víctima, al tiempo que ha negado que fuera ella la que llevara el arma con el que finalmente resultó herida.
Entre las pruebas que incriminan a la acusada y en las que basa el fiscal su acusación se encuentra un mensaje remitido a un amigo en el que ella misma admite haber "apuñalado" a la víctima. En el juicio de este lunes, la acusada ha dicho no recordar haber enviado este mensaje.
El que no se ha personado en la vista, a pesar de estar citado, ha sido la expareja de la acusada por lo que el tribunal se ha limitado a dar lectura a la declaración que éste hizo en sede policial. Según esta declaración, el joven había dejado a la acusada por sus continuos episodios de celos y apunta a la acusada como la autora de la puñalada.
A PARTIR DE UN MENSAJE DE MÓVIL
Los hechos se remontan a la madrugada del 19 de septiembre de 2015 cuando la acusada recibió en su móvil, un mensaje del que había sido su pareja hasta hacía dos semanas. El mensaje, según se ha manifestado en el juicio, era una foto de unas piernas estiradas sobre una cama y dos dedos en forma de V en uno de los cuales había un anillo de grandes dimensiones por el que la acusada reconoció a la chica que lo llevaba aunque no se le viera la cara.
El anillo pertenecía a una joven con la que la acusada había mantenido enfrentamientos anteriores por medio de mensajes de texto por ser una antigua pareja de su chico y con la que éste simultaneaba su relación a la vez que estaba con Y.L.M.
Finalmente, la acusada logró acceder al interior de la vivienda donde se encontraba la pareja lo que la llevó a protagonizar un enfrentamiento entre ambas, aunque no se agredieron porque las sujetaron unos amigos que también se encontraban allí.
El que era o había sido pareja de la acusada acabó abandonando la vivienda acompañado por la joven de la foto. Los amigos intentaron retener a la acusada que acabó marchándose.
Al salir de la vivienda, Y.L.M. empezó a correr hasta alcanzar a la pareja a la altura de la plaza de toros de Úbeda donde se abalanzó directamente sobre la víctima con la que se peleó.
Según mantiene el fiscal, la acusada, actuando con la intención de acabar con la vida o aceptando que ello pudiera suceder con su acción, "le asestó una cuchillada durante la pelea con uno de los cuchillos que previamente había cogido".
Como consecuencia de la agresión, la joven sufrió una herida por arma blanca penetrante de cuatro centímetros en región toraco-cervical izquierda y que le alcanzó la confluencia de la arteria subclavia con la arteria yugular, lo que Fiscalía, y así lo han ratificado los forenses, considera "una lesión de riesgo" para la vida de la joven al haberle ocasionado "un abundante sangrado y producirse en una zona donde son abundantes los elementos vásculo nerviosos con posibilidad de afección pleuro pulmonar, y que se solventaron gracias a una inmediata intervención médica".
La agresión finalizó cuando el chico separó a las dos jóvenes ayudados por una cuarta persona que vio lo que estaba ocurriendo. Fue la acusada la que llamó al 112 para pedir ayuda médica, tras lo cual abandonó el lugar sin esperar a que llegaran ni los servicios médicos ni la policía.
Y.L.M. fue localizada y detenida en las inmediaciones. Tras su declaración ante el juez, la acusada fue enviada a prisión de manera preventiva donde espera la celebración del juicio.
Además de los siete años de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa, la Fiscalía le reclama una indemnización de 7.500 euros para la víctima, así como la imposición de prohibición de aproximación a distancia inferior a cien metros y comunicación con la perjudicada durante ocho años.
El fiscal ha rechazado que los celos puedan ser objeto atenuante en este procedimiento y tampoco el hecho de que fuera la propia acusada la que llamara al 112 para pedir ayuda. La acusación particular ejercida por la víctima ha elevado a nueve años y medio de prisión su solicitud de penas.
Por su parte, la defensa ha pedido inicialmente la libre absolución por entender que no hay pruebas concluyentes sobre la acusada, aunque subsidiariamente ha pedido una condena por un delito de lesiones con los atenuantes de haber actuado enajenada por los celos y haber pedido ayuda para reparar el daño cuando descubrió que la víctima se encontraba herida.
Para la defensa, todo lo ocurrido responde a "la inmadurez de la acusada" por su juventud. Ha indicado que se deben tener en cuenta los dos atenuantes y ha rechazado que la joven acusada pretendiera causar la muerte de la víctima por lo que se ha inclinado, en caso de considerarla culpable, por un delito de lesiones con arma blanca castigado con penas de entre dos a cinco años de cárcel.