S.Vecinos de Montefrío acogen de manera "intensa" un desfile procesional después de medio siglo

Actualizado: sábado, 3 abril 2010 20:06

La única procesión de tres cofradías aconteció "sin ningún problema y mucha asistencia de público"

MONTEFRÍO (GRANADA), 3 Abr. (EUROPA PRESS) -

Los nazarenos de las distintas cofradías de Montefrío (Granada) volvieron ayer, Viernes Santo, a procesionar por las calles de la localidad, 50 años después de la última vez que lo hicieron, acontecimiento que los vecinos acogieron de manera "intensa" y con "una gran respuesta".

Según detallaron a Europa Press fuentes del Ayuntamiento, fueron más de 300 los penitentes que ayer participaron en la única procesión que se celebró en este municipio de 6.500 habitantes.

Esta recuperación del fervor religioso tuvo como protagonistas a los vecinos de Montefrío, porque han sido ellos quienes, para dar respuesta a la voluntad de muchas personas de impulsar de nuevo la Semana de Pasión local, se han organizado y trabajado duro durante meses para que finalmente fueran tres las cofradías que participaron en la única procesión montefrieña que ha perdurado en el tiempo y que ayer transcurrió "sin ningún problema y mucha asistencia de público".

La alcaldesa de Montefrío, Remedios Gámez Sánchez, alabó "la firme voluntad de los montefrieños" que ha logrado "resucitar una de las Semanas de Pasión más antiguas de la provincia de Granada", lo que a su juicio ha supuesto "un verdadero milagro". Los nazarenos que, medio siglo después, procesionaron en la madrugada del Viernes Santo llevaron túnicas de distintos colores en función de la cofradía, y acompañaron a las imágenes del Señor de la Cruz a cuestas, la Dolorosa, el Crucificado y el Santo Sepulcro.

Tras la novedad de la vuelta de los penitentes a la localidad, el año que viene la Semana Santa de Montefrío volverá a recibir un fuerte impulso. La primera edil confirmó que las nuevas cofradías quieren volver a resucitar la tradición de 'Los Recaícos', un rito ancestral en el que la imagen del Cristo crucificado "susurraba" algo al oído de San Juan, quien a su vez transmitía este mensaje a la Virgen María (La Dolorosa). Para ello, los costaleros eran los encargados de mover los tronos, en un momento que los vecinos vivían con intensa emoción.