Alfonso Guerra confiesa que la prosa de Machado marcó su orientación política por "la lección socialista" de la vida

Actualizado: martes, 20 octubre 2009 0:26

SEVILLA, 19 Oct. (EUROPA PRESS) -

El político sevillano e histórico dirigente socialista Alfonso Guerra confesó hoy, durante la conferencia 'La vida y los sueños en los libros' pronunciada en la Biblioteca Pública Infanta Elena de Sevilla con motivo de la conmemoración de los 50 años de su fundación, que la obra de Antonio Machado marcó su orientación política y le mostró la "lección socialista de la existencia", en concreto la prosa del autor hispalense, y precisó sentirse "cautivado" por la poesía del escritor.

Durante su intervención, el ex vicepresidente del Gobierno de Felipe González indicó que "a través de la literatura del poeta fallecido en Colliure (Francia) conoció a Pablo Iglesias y, de igual modo, le mostró su orientación política a través de su prosa". Así, según apuntó, "la poesía de Machado le ha acompañado toda su vida, al que el político ha sido fiel toda su vida".

Guerra realizó un recorrido por su educación literaria desde su niñez hasta su etapa de madurez, donde, según señaló, ha buscado "un nuevo sistema de lectura para poder abarcar todo lo que quiere leer, apostando por una relectura de obras y por una estricta selección de lo nuevo", definiéndose como "un sabueso literario".

El político socialista apuntó que "los libros son sus amigos, parte de su familia y sus sueños" y aseguró que "la literatura le hace viajar por el mundo que le gustaría que existiera". En este sentido, confesó que "no hay sentimiento más completo que el amor que se lee en los libros y que vivir es leer".

Guerra felicitó a la biblioteca pública de la ciudad hispalense, la cual visitaba en los primeros años de funcionamiento cuando se situaba en la céntrica calle Rioja. Comenzó el recorrido por los libros que labraron su vida, partiendo de "una educación autodidacta y escondida, pues la posguerra y la censura causó una total ordenación y adquisición de conocimientos", dijo.

"La educación sentimental de los padres va a condicionar las inclinaciones posteriores por los libros de la persona", indicó. Tras estas palabras enumeró algunos de los primeros libros a los que tuvo acceso, como la biografía de Miguel de Mañara, las comedias de Lope de Vega, las 'Novelas Ejemplares', de Cervantes.

El autor de 'La democracia herida' continuó nombrado la literatura de Ortega y Gasset, el doctor Marañón o Moliére, de quien quedó "fascinado". Todo cambió, según Guerra, cuando surgieron los vendedores de libros en las casas, tras lo cual pudo hacerse con las obras completas de algunos autores.

Resaltó la literatura rusa, a la cual se adentró con las obras de Tolstoi o Dostoyevski. En ellos "descubrirá el alma humana y las relaciones de dependencia y dominio humano", dijo. A continuación, Shakespeare fue el escritor que marcó su andadura por la literatura.

Guerra comentó que durante su adolescencia se pegó un "atracón literario", que ahora ve "incomprensible". Así, según apuntó, conoció a la Generación del 27 y del 14, "no sólo a Machado, sino también a Federico García Lorca, Miguel Hernández, Alberti, Guillén, Aleixandre, Cernuda o Juan Ramón Jiménez, a través de los cuales supo que en la literatura es más eficaz el lado sensorial que intelectivo".

En medio de la modernidad poética, el político y escritor viajó al siglo XV para "vivir con Jorge Manrique". A través de 'Coplas a la muerte de su padre' conoció las "más bellas creaciones líricas donde el autor rinde admiración y amor filial al modelo de su vida", explicó. Además, dijo que "no se encontrará palabras más bellas al concepto de muerte".

Por otro lado, resaltó su experiencia con los que llamó "clásicos eternos", Sófocles, Séneca, Aristóteles, Platón o Plutarco, a través de la cual aprendió que "el hombre del siglo XX tiene las mismas preocupaciones que el hombre del mundo clásico".

EL GRAN ENCUENTRO

Guerra confesó que su "gran encuentro" dentro del mundo de la literatura fue 'El Quijote', de Cervantes, "la obra más importante de la literatura universal". Intentó deshacer algunos mitos que recaen sobre la obra española, como su carácter aburrido. Al mismo tiempo, comparó el libro con 'Las Meninas', de Velázquez, por "mostrar la vida real del mundo".

Entre la adolescencia y su etapa de adulto, Guerra mostró su atracción por algunas novelas que "rompieron el mundo cultural patriarcal", como 'Madame Bovary', de Flaubert, 'La Regenta', de Clarín, o 'Anna Karenina', de Tolstoi. Posteriormente, apuntó que conoció a los "clásicos modernos", entre los que reseñó a Balzac o Elliot.

Capítulo aparte, dedicó a la literatura de Paul Sartre y Albert Camus. 'El primer hombre', escrita por el segundo, es, según Guerra, "pieza estremecedora en su vida", viendo en el libro "su propia vida", hasta tal punto que el político explicó que un amigo le confesó que el primer volumen de Guerra es similar a la obra de Camus.

"Marcel Proust es el escritor total", así definió Guerra al autor de 'En busca del tiempo perdido', la obra que "más horas de placer le ha otorgado". Por otro lado, recorrió la literatura hispanoamericana de García Márquez, Alejor Carpentier, Vargas Llosa o Mutis.

Para finalizar, señaló algunos de los autores de los últimas décadas en el panorama español que le han cautivado, como Ángel González, Caballero Bonald o Jaime Gil de Biedma. No obstante, confesó sus preferencias por Juan Gilabert, Julián Ayesta, el cual comparó con James Joyce, o Martín Santos.