SEVILLA 2 Oct. (EUROPA PRESS) -
El jefe superior de la Policía Nacional en Andalucía Occidental, Enrique Álvarez Riestra, defendió hoy la investigación policial en torno a la desaparición y presunto asesinato de la joven sevillana Marta del Castillo la noche del 24 al 25 de enero, y aseguró que "no ha habido un solo error".
En declaraciones a los periodistas tras asistir en Sevilla a la entrega de condecoraciones con motivo de la celebración del Patrón de la Policía Nacional, los Ángeles Custodios, aseveró que la Policía "ha hecho su trabajo, un muy buen trabajo", asegurando desconocer "ninguna otra investigación en el mundo que haya aportado 153 evidencias biológicas y donde se hayan invertido tanto tiempo y medios, aunque lo de menos es el dinero".
En este sentido, incidió en que "no se ha cometido absolutamente ningún error" y apeló a quien diga lo contrario a demostrarlo, pues "se han dicho barbaridades", y destacó que los imputados en este caso "se han declarado autores materiales y han dicho, por separado, lo que hicieron con la niña", aunque reconoció que "las verdades de los delincuentes tienen todas matices".
De igual modo, Álvarez Riestra se refirió a la familia de la joven sevillana lamentando que "bastante tienen con la que le ha caído", por lo que quiso mostrar "todos sus respetos hacia una familia que está atravesando un drama espeluznante", defendiendo que la Policía "ha trabajado con la ilusión de ayudarlos, pero en un caso como éste, y para que el cuerpo aparezca, es necesaria la colaboración de los autores". "La Policía todavía no tiene una bolita mágica", apostilló.
Por último, se refirió mas concretamente a las pruebas genéticas obtenidas durante la investigación policial, y puso de manifiesto que en el piso de León XIII donde presuntamente se cometió el crimen se encontró una colcha que, aunque a simple vista no presentaba restos de sangre y estaba "inmaculada y limpia", sí se determinó posteriormente mediante el uso de rayos ultravioletas y de diferentes reactivos la existencia de restos de sangre de la joven, los cuales habían sido limpiados con lejía amoniacal.