SEVILLA 14 Dic. (EUROPA PRESS) -
El juez de Instrucción número 14 de Sevilla ha ordenado el ingreso en prisión provisional sin fianza del joven de 26 años, identificado como Juan Francisco Gámez Durán, que fue detenido el pasado domingo tras atropellar mortalmente con su vehículo a otro joven en el Polígono Store de la capital hispalense, aunque durante su declaración judicial ha defendido que el siniestro se produjo de manera "fortuita" cuando trataba de huir de un grupo "de entre diez y 15 personas" que lo estaba persiguiendo para agredirle.
De este modo, el juez instructor, Manuel Ignacio Centeno, ha determinado el ingreso en prisión del conductor atendiendo de esta manera la petición realizada a tal efecto por el representante del Ministerio Público, quien le imputa un delito de homicidio o asesinato y dos contra la seguridad vial, uno por circular bajo los efectos del alcohol y el segundo por conducción temeraria, ya que "todos" los testigos han coincidido en señalar que dio un "volantazo" que derivó en el atropello mortal de Manuel A.G..
Asimismo, y atendiendo igualmente la petición de la Fiscalía, ha dejado en libertad con cargos, imputado por un delito de omisión del deber de socorro, al joven de 24 años que acompañaba en el vehículo al principal imputado, quien durante su declaración ha puesto de manifiesto que, tras mantener una discusión con el grupo de personas que iba con la víctima, tuvieron que huir del lugar "para que no se les echaran encima", y que fue durante la huida, a unos "30 o 40 metros" de la trifulca, cuando atropellaron a la víctima.
En este sentido, fuentes del caso han precisado a Europa Press que el copiloto, identificado como J.M.C.H. y de 24 años de edad, ha señalado al juez instructor que él no pudo ver el atropello debido a que en ese momento "iba mirando hacia atrás", concretamente al grupo de personas que supuestamente los perseguían, y que "les llegaron a tirar sillas y botellas", un testimonio que, según las fuentes, "coincide completamente con el dado" por el conductor del coche, pero no así con el de los testigos, que defienden que se produjo un "volantazo" que tuvo como consecuencia el atropello.
SILLAS Y BOTELLAS
Pues bien, en su declaración, el conductor ha puesto de manifiesto que, durante la cena de Navidad organizada por la empresa panadera en la que trabaja en un salón de celebraciones del Polígono Store, se originó una discusión en el interior del establecimiento con otro grupo de personas --en el que estaba el fallecido--, algunas de las cuales supuestamente había "sustraído o roto" el espejo retrovisor del coche del principal imputado.
En un momento dado, Juan Francisco Gámez "fue a pedir explicaciones" al grupo del fallecido, momento en el que se inició la discusión "y dos chicas que estaban allí le dijeron que se marchara, que le iban a matar", por lo que "inmediatamente" abandonó el local acompañado por el otro imputado al objeto de coger el vehículo y "huir" del lugar, ya que "hasta 15 personas" los siguieron hasta el exterior del establecimiento "y comenzaron a tirar sillas y botellas" contra el turismo. Tras ello, arrancó y, "a unos 30 o 40 metros", atropelló "de manera fortuita" a la víctima.
El conductor, que ha admitido que esa noche había bebido alcohol pero que cogió el coche "por miedo", ha asegurado que no vio al atropellado "porque iba mirando una y otra vez hacia atrás", y que sintió únicamente el impacto. Posteriormente, se dio a la fuga "porque se asustó y porque lo estaban persiguiendo en dos vehículos", dirigiéndose hacia su casa. En ese momento, un compañero le llamó "dándole cuenta de que había atropellado mortalmente" a un joven, tras lo cual bajó y fue detenido, en ese instante, por la Policía Nacional.
"QUE NO SE CONVIERTA EN UN CHIVO EXPIATORIO"
El abogado del conductor, Francisco Torres, que ha querido transmitir sus condolencias a la familia de la víctima, ha desmentido en declaraciones a los periodistas que su representado se fuera a su casa a dormir tras el atropello, así como que pasara por encima de la víctima "varias" veces, como ha asegurado la Policía Nacional, al tiempo que se ha mostrado "plenamente convencido" de que "en ningún momento el atropello ha sido intencionado".
Tras informar de que, en el auto, el juez instructor "no ha precisado" los delitos que imputa al detenido, "pues únicamente indica que podrían ir del 138 al 142 del Código Penal", el letrado ha hecho un alegato para que "esto no se convierta en un linchamiento, y que mi cliente no sea un chivo expiatorio de sucesos similares que se hayan podido producir" en Sevilla en las últimas fechas. Ha añadido que "no es ni mucho menos un delincuente, sino un chico honrado, con un trabajo fijo en una panadería y que gana 1.066 euros al mes".
Bajo estos argumentos, y debido a que su entender no existe riesgo de fuga, el abogado solicitó su puesta en libertad, lo que no ha sido atendido por el juez instructor Manuel Ignacio Centeno, que ha fijado para el próximo viernes la declaración de cuatro testigos de los hechos, han apuntado las mismas fuentes.