Sevilla.- Levantan una tela metálica que encierra a las chabolas de San Bernardo

SEVILLA 12 Abr. (EUROPA PRESS) -

Cuatro de las seis chabolas que aún permanecen en pie y habitadas en el popular barrio de San Bernardo de Sevilla capital se encuentran actualmente rodeadas por una tela metálica de aproximadamente 1,80 metros de altura y que ha sido levantada recientemente, por lo que el acceso a la zona en la que se ubican las rudimentarias construcciones se limita al portón de la citada valla.

Según comprobó hoy Europa Press, la tela metálica cierra a cuatro de las seis chabolas existentes en el solar ubicado entre las calles Enramadilla y Campamento, entre el núcleo urbano del barrio de San Bernardo y los edificios del recién edificado residencial Nuevo San Bernardo. Concretamente, rodea a las chabolas adosadas a los edificios en ruinas que aún permanecen en pide en el solar.

La tela metálica se alza hasta unos 1,80 metros de altura y forma una zona acotada habilitando un portón de acceso en la calle Campamento. En los alrededores del portón hay además una rampa habilitada para la subida de vehículos hasta el promontorio del solar.

Estas rudimentarias construcciones están compuestas principalmente por palés de madera, plásticos y cartones y a su alrededor se aprecian cuerdas con ropa tendida o sillas. Destaca una de las chabolas, de reducidas dimensiones, cuya fisonomía recuerda a una tienda de campaña.

Las dos chabolas restantes están emplazadas a espaldas de los nuevos edificios del residencial Nuevo San Bernardo, justo en una zona que habitualmente es utilizada como aparcamiento en superficie, estando una de ellas rodeada por una tela metálica que, a primera vista, ha sido colocada de forma precaria por sus propios moradores.

El pasado mes de febrero, una familia que habitaba una de las varias chabolas construidas en el barrio de San Bernardo fue realojada en un edificio de titularidad municipal y habilitado como bolsa de viviendas para casos de realojos.

El portavoz de la plataforma 'Salvemos San Bernardo', Antonio Buenavida, que reside en el número 52 de la calle del mismo nombre desde que en junio de 2005 el Consistorio adquiriese el edificio para habilitarlo como bolsa de viviendas para realojo, explicó entonces a Europa Press que la familia había pasado de ocupar una chabola a ser realojada en este bloque gracias a la mediación de la Oficina municipal de atención de inquilinos en situación de abuso (Otainsa).