Sevilla.-Sucesos.- Policía detiene a 14 ciudadanos búlgaros en una operación contra la clonación de tarjetas de crédito

Actualizado: martes, 13 mayo 2008 12:53

Utilizaban un nuevo dispositivo técnico, nunca antes detectado en España, de reducidas dimensiones, que lee y graba bandas magnéticas

SEVILLA, 13 May. (EUROPA PRESS) -

Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una red criminal internacional integrada por ciudadanos de origen búlgaro y especializada en la clonación de tarjetas de crédito y han detenido a 14 miembros de esta organización, uno de ellos en Sevilla, que podrían haber defraudado más de 3.000.000 euros mediante la extracción de dinero en cajeros automáticos utilizando estos soportes falsificados.

Según informó la Policía en un comunicado, los investigadores se han incautado de un nuevo dispositivo técnico, nunca antes detectado en España, de reducidas dimensiones, que era colocado en los cajeros para leer y grabar las bandas magnéticas. El novedoso mecanismo que tiene capacidad para almacenar miles de numeraciones.

La operación, denominada 'Milán', ha sido desarrollada de forma conjunta por la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid, la Brigada de Investigación de Banco de España, la UDEF y la UDEV de la Comisaría General de Policía Judicial, la Ucrif de Alicante y las autoridades policiales búlgaras, se inició hace más de un año y ha culminado con la desarticulación total de este grupo, así como con la intervención de más de 200 tarjetas clonadas, microcámaras, lectores grabadores, frontales alterados para instalar en las entidades bancarias y útiles para la falsificación de las "bocas" de los cajeros.

La Policía añadió que la organización disponía de toda la infraestructura y contaba con los conocimientos técnicos necesarios para operar de forma autónoma. Sus integrantes abarcaban la totalidad de las áreas delictivas que conforman esta tipología ilícita, desde la manipulación de cajeros automáticos, la obtención y confección de los elementos técnicos necesarios para dicha manipulación, hasta la extracción de datos y la clonación de tarjetas.

La red se estructuraba en células, con una elevada movilidad geográfica internacional y frecuentes cambios en la composición de las mismas. Cada célula disponía del material técnico y humano necesario y operaba durante períodos muy cortos de tiempo, desapareciendo a continuación del país donde cometía los ilícitos penales durante semanas. Los cabecillas, y otros miembros de estas células, permanecían largos periodos "durmiendo" en Bulgaria, por lo que la colaboración de las autoridades policiales de este país ha sido muy valiosa para la investigación.

Los agentes han descubierto entre el material incautado nuevos dispositivos técnicos no detectados en España hasta la fecha. Entre ellos destaca un aparato de pequeñas dimensiones, del tamaño de una caja de cerillas, que además de realizar las funciones de lector de banda magnética, dispone de una memoria de almacenamiento con capacidad para miles de numeraciones.

La instalación de microcámaras en los cajeros les permitía así obtener los números secretos, los denominados PIN, y posteriormente extraer dinero de la red de cajeros, convirtiendo a este ilícito "negocio" en uno de los más lucrativos dentro del panorama delincuencial europeo.

Este grupo desarticulado, además de realizar sus propias operaciones de retirada de efectivo con las tarjetas copiadas por ellos mismos, facilitaban dispositivos de copiado a otros grupos criminales de individuos de origen búlgaro con los que estaban relacionados.

Según la Policía, la organización disponía de una "férrea jerarquía, con normas de control y disciplina interna que les ha proporcionado una elevada profesionalidad en su actividad ilícita". Todo ello, unido a la movilidad geográfica de sus miembros, ha hecho que esta investigación "fuera laboriosa y se necesitara la coordinación y colaboración de distintas unidades de la Policía Nacional, e incluso de otros cuerpos policiales extranjeros".

EL FUNCIONAMIENTO INTERNO DE LA RED.

Esta red formaba células, habitualmente de dos o tres personas, que contaban con un especialista técnico. Los grupos de trabajo no eran compartimentos estancos, es decir, no siempre estaban integrados por las mismas personas de forma conjunta, sino que la distribución se adaptaba a las necesidades de la organización.

El segundo paso era dotar a la célula del material técnico necesario. Los elementos técnicos eran obtenidos en el mercado negro en Bulgaria o, incluso, eran creados por la propia organización. Las células se desplazaban de un país a otro para trabajar, permanecían cortos períodos de tiempo en ese país, una o dos semanas, cambiando de localidad cada dos o tres días. Tras completar objetivos, se retiraban durante varias semanas a Bulgaria, donde permanecía "durmiendo" mientras otras células trabajaban.

Esta forma de actuación obligó a los investigadores a desarrollar la operación policial en varias fases, por lo que se han desarticulado siete células en distintas localidades, si bien la mayor incidencia se produjo en Madrid. "Las excelentes relaciones policiales con Portugal han permitido que una de estas células fuera desarticulada en este país", añadió la Policía.

Además, actuaban sobre determinados modelos de cajeros, especialmente sobre los de una conocida entidad bancaria. Habían sido previamente estudiados por los "ingenieros" de la organización y sabían perfectamente dónde y cómo colocar los dispositivos de forma disimulada para que no fueran fácilmente detectados. Para disimular los elementos electrónicos que instalaban llegaban a sustraer partes de cajeros con los logotipos del banco. Tras manipularlos, los reutilizaban para disimular las micro cámaras con las que conseguían los números PIN de sus víctimas.

Además, empleaban un novedoso dispositivo sobre el que ya habían alertado las autoridades búlgaras. Lo situaban en el interior del cajero, por la parte inferior de la boca, lo que hacía imposible su detección a simple vista.

DETENIDOS Y REGISTROS.

En la operación han sido detenidas cinco personas en Madrid, cuatro en la localidad madrileña de Getafe, uno en Valencia, uno en Sevilla y tres más en Portugal. Todos ellos son de nacionalidad búlgara y de edades comprendidas entre los 28 y los 39 años.

Además se han practicado dos registros en Madrid y uno en Valencia en los que se han intervenido 207 tarjetas clonadas, seis lectores con capacidad de almacenamiento, seis microcámaras, un lector grabador, tres ordenadores, seis frontales para cajeros, uno de ellos totalmente preparado para colocarlos, cuatro bocas para cajeros, dos de ellas perfectamente preparadas para su uso, 12.000 euros, útiles para creación de moldes (bocas de cajeros etc), herramientas y otros útiles.