Actualizado 19/04/2012 16:22

Un comité científico "tutelará" a Cobre Las Cruces para "modernizar" el modelo productivo

Instalaciones de Cobre Las Cruces.
EUROPA PRESS/Archivo/CLC

Liderados por Miguel Ferrer, el grupo de expertos desarrolla un sistema de biosensores para detectar arsénico "en tiempo real"

SEVILLA, 19 Abr. (EUROPA PRESS) -

La empresa minera Cobre Las Cruces (CLC), complejo minero hidrometalúrgico ubicado en los términos municipales de los municipios sevillanos de Gerena, Salteras y Guillena, ha firmado un convenio marco con la Fundación Migres, presidida por Miguel Ferrer, por el que la compañía incorpora, de forma "pionera", a su desarrollo productivo un Comité Científico, liderado por el también coordinador institucional del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Andalucía, para que éste "tutele" y "asesore" a la empresa en su actividad, "modernizando" de esta manera el modelo de producción minero.

El consejero delegado de CLC, Damien Marantelli, junto con el presidente de la Fundación Migres y coordinador institucional del CSIC en Andalucía, Miguel Ferrer, han presentando este jueves en Sevilla el convenio marco, por el que el comité de expertos asesorará en todos los aspectos que tiene especial trascendencia en CLC como la gestión de agua, la atmósfera y la biodiversidad.

Marantelli ha recordado durante su intervención que "siempre procuramos usar las técnicas más modernas y los métodos más avanzados para proteger el medio ambiente", como demuestra el hecho de que en el último año se haya invertido 50 millones en una planta de tratamiento de agua que garantiza que "no se produzca impacto alguno".

Sin embargo, el consejero delegado, "orgulloso" del camino recorrido en este sentido, ha advertido de que "hay que seguir mejorando en línea con los avances científicos", así como que "tampoco tenemos las respuestas para todos los desafíos".

Para Marantelli, el Comité Científico, que tiene su génesis en el panel de aguas creado por CLC hace un año, tiene el "reto" de "ayudar" a la empresa a introducir nuevas tecnologías y tendencias en aspectos ambientales, así como "nos tendrán que tutelar para hacerlo mejor", ha afirmado. "Orgulloso" del convenio con la Fundación Migres, ha confesado que están "expectantes" ante los "retos" y "oportunidades" que surgirán en el desarrollo del proyecto.

MINERÍA "SOSTENIBLE"

Por su parte, Miguel Ferrer ha explicado que el motivo de este convenio marco es "intentar ayudar al desarrollo de una actividad minera fundamental para la economía nacional, internacional y, por supuesto, andaluza, para hacerla más moderna de lo que ha sido en el pasado e intentar evitar, por último, los bien conocidos y a veces bastante aparatosos efectos sobre el medio ambiente".

Para Ferrer, este acuerdo es "una oportunidad" para empezar a trabajar "antes" de que existan los problemas. Además, cree que hay "caminar hacia una minería sostenible y con procesos industriales que no supongan amenazas para la calidad ambiental de la zona". De otro lado, el también profesor de investigación del CSIC, "ambicioso", pretende "desarrollar innovaciones que permitan que la minería y los beneficios que genere ésta redunden en la mejora de la calidad ambiental de la zona".

El Comité, conformado por seis expertos pertenecientes a tres centros del CSIC y dos universidades, la de Huelva y la Politécnica de Madrid, y que incluso trabajaron en las tareas de remediación del vertido tóxico de Aznalcóllar (Sevilla), son especialistas de reconocido prestigio internacional. Además, este órgano, que ya cuenta con 30 investigadores trabajando, desarrollará su labor de forma "independiente", tomando sus propias muestras, que serán analizadas por ellos mismos en los laboratorios del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

"El objetivo básico es hacer un diagnóstico del actual sistema de explotación de CLC y, por tanto, sugerir las mejoras e innovaciones que no existan en la actividad productiva y poder desarrollarlas con la empresa, para conseguir una minería moderna cuyo impacto ambiental sea el menor posible o incluso positivo", ha señalado Ferrer.

Ferrer ha resaltado que este convenio marco es un paso "innovador", sobre todo, porque hasta el momento no se conoce que una explotación minera alcance un acuerdo con un Comité Científico "independiente, externo y solvente" para crear un modelo nuevo de actividad minera.

Por su parte, el profesor de investigación del CSIC y exdirector de la Estación Experimental del Zaidín (Granada) Juan Luis Ramos, miembro del Comité, ha resaltado durante la presentación del convenio "poder entrar en las entrañas de la mina para buscar soluciones a los problemas que hay". Entre otras cuestiones, el Comité Científico, consciente de la importancia de la gestión del agua en CLC y de los niveles de metales pesados presentes en el acuífera Niebla-Posadas, realizará análisis de calidad del agua subterránea de la zona de influencia de la explotación, evaluará el modelo hidrogeológico del entorno, así como los posibles efectos del vertido autorizado de las aguas tratadas al Guadalquivir. En cuanto a la atmósfera, Ramos ha señalado que se abordará las posibles incidencias de la explotación en ésta. "Sabemos que no hay incidencias, pero haremos un seguimiento continuo de la actividad minera", ha asegurado.

Por último, el Comité también el seguimiento de calidad ecológica, propondrá un plan de mejora ambiental y de rehabilitación de la balsa de acumulación de agua de la mina, así como tomará muestras de concentraciones de diversos metales en los organismos que habitan en la zona de influencia de la explotación.

DETECCIÓN BIOLÓGICA DE ARSÉNICO

Sin embargo, Ramos, que ha valorado la oportunidad que el convenio supone para hacer confluir intereses industriales y científicos, ha anunciado que el Comité ya trabaja como prioridad en la construcción de biosensores para la detección en "tiempo real" de los niveles de arsénico en aguas vinculadas al suelo y en el aire. Un biosensor es una herramienta que combina un elemento biológico capaz de detectar en el medio la presencia una sustancia y un transductor de señal que permite emitir otra señal proporcional al compuesto que se quiere medir.

Los biosensores permitirán ofrecer la posibilidad de realizar mediciones adaptadas a las necesidades específicas de CLC y proporcionar de manera "rápida y fiable" información sobre la concentración de este metal, permitiendo la "toma rápida de decisiones".

Para el desarrollo de estos mecanismos, cuyo prototipos podrán estar en unos meses, mientras su implantación 'in situ' para el año 2013, se aprovecharán los conocimientos de determinados los microorganismos para detectar la presencia de arsénico en el medio, a quienes se acoplarán señales luminosas, en este caso, señales fluorescentes. En este sentido, el sistema estará "apagado" si no existe presencia de este metal y "encendido", de forma proporcional a la concentración del mismo en el medio. Ramos ha precisado que, aunque ya existen modelos de detección, ahora se trabajará en la "sensibilidad y la especificidad" del censo para emisión de señales.

Ferrer resalta que este mecanismo, "una apuesta de futuro", permitirá información a tiempo real, así como "un menor coste" que los análisis en los laboratorios. Además, ha abierto la puerta a una posible comercialización de este sistema para la detección de cualquier otro elemento.

PRESUPUESTO

En cuanto a los costes económicos de este convenio marco, tanto Marantelli como Ferrer han coincidido en apuntar que es "pronto" para determinar una cantidad, pues, en principio, variará en cuestión de las investigaciones puestas en marcha en las diferentes áreas.

"Aparecerán oportunidades que merezcan la pena y seguiremos invirtiendo", ha afirmado el consejero delegado de CLC, empresa perteneciente a la compañía Inmet. Además, el presidente de la Fundación Migres, institución sin ánimo de lucro, ha aclarado que los investigadores senior no cobrarán por su trabajo, sino que el dinero será para los costes reales de la investigación.