ZARAGOZA 13 Jun. (EUROPA PRESS) -
El congreso nacional que la Sociedad Española de Electromedicina e Ingeniería Clínica (SEEIC) finaliza hoy con una mesa redonda en la que se va a tratar la relación entre los profesionales y el paciente, "una verdadera tecnología punta", según la definió el doctor en Psicología y profesor en la Escuela Andaluza de Salud pública, José Luis Bimbela.
En la mesa, han estado representados los pacientes, los profesionales de electromedicina, los comunicadores y los especialistas en Psicología en el campo de la Medicina.
El jefe de del Servicio de Electromedicina del Hospital Valme de Sevilla, José Ramón Román, señaló en declaraciones a los medios de comunicación el peligro que existe de que las personas que trabajan todo el día con aparatos electrónicos se olviden que detrás de ellos hay un paciente, cuando "todo este avance tecnológico tiene su finalidad en ese paciente".
Por su parte, el guionista del filme 'Planta Cuarta', Albert Espinosa, aportó el punto de vista del paciente. Espinosa plasmó en la citada película su experiencia como adolescente enfermo de cáncer, y su relación con los instrumentos de electromedicina de los que estaba rodeado y también con el personal sanitario.
Espinosa narró cómo su curiosidad de chavales de catorce ó quince años les llevaba a los niños de esa planta a acercarse a esos aparatos y a aprender manipularlos, "nos hacíamos radiografías juntos como las típicas fotos de fotomatón", relató.
También explicó como el hospital se convierte en "tu segunda casa" en la cual te relacionas, básicamente con otros niños enfermos y con el personal sanitario. Espinosa agregó que en ocasiones, viendo a los técnicos manipular aparatos de electromedicina se preguntaba "¿por qué no me mira?".
El miedo a implicarse demasiado, o a molestar, lleva muchas veces a los profesionales que manipulan una máquina a distanciarse del paciente y a tecnificar su labor, pero esa indiferencia puede tener también un impacto negativo para el paciente, y a sublimar la gravedad de su estado de salud.
La empatía es importante en la relación profesional-paciente, así cómo la comunicación entre ellos. Pero es beneficioso para ambos, también para el profesional, ya que esa excesiva frialdad en el trato con el paciente le puede producirle también trastornos emocionales.
Humanización e implicación, pero no sobre implicación. El profesional debe saber gestionar esa "inteligencia emocional" y "ejercitarla", por eso el profesor Bimbela ha titulado su ultimo libro 'Gimnasia emocional'.
ESTÉTICA DE LA ELECTROMEDICINA.
Albert Espinosa también contó como, estando hospitalizado en su juventud a causa del cáncer, sentía especial aversión hacia un tipo de quimioterapia, no porque tuviera unos efectos secundarios peores que otras, sino porque el aspecto y el color que tenía le producía desasosiego.
El sanitario encargado de proporcionarle esta terapia, probó a cubrir la bolsa en que se administraba en papel de plata, lo que suavizo mucho esta dura terapia. "Aunque ahora no puedo comer nada que venga envuelto en papel de plata", bromeó Espinosa.
El crear modelos de aparatos de electromedicina que tranquilicen al paciente es una de los fines de la ingeniería clínica. Pero, según el jefe de electromedicina José Ramón Román, actualmente las investigaciones en este campo van encaminadas más a una estética "que transmita seguridad" que a la ergonomía, lo que repercute en unos hospitales "muy fríos".
Además, el psicólogo Bimbela recalcó la importancia de que el paciente no sea ajeno a ese aparato. "El profesional sanitario ha de explicar su funcionamiento, aunque en muchas ocasiones no se hace así, se confía en que la máquina sea la gran salvación y el paciente tenga que entregarse a ella pasivamente".
En cambio, señaló, "el paciente es cada día menos paciente" y tener más conocimiento sobre el aparato al que se supedita le tranquiliza. "Saber manejar las emociones crea cercanía y una relación más cercana con el paciente", concluyó.