Innova.- La Unión Europa debe reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en más de un 80% para el año 2050

Europa Press Aragón
Actualizado: miércoles, 26 noviembre 2008 18:43

ZARAGOZA 26 Nov. (EUROPA PRESS) -

La consejera principal de Bureau of European Policy Advisers (BEPA) de la Comisión Europea, María da Graça, señaló hoy en Zaragoza que la Unión Europea, al igual que otros países más contaminantes, se enfrenta al reto de reducir sus emisiones actuales de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en un 80 ó 90 por ciento para el año 2050, si se quiere cumplir el reto de reducir en un 50 por ciento las emisiones globales, según los compromisos asumidos por el G-8.

En una conferencia impartida hoy en la Sala de la Corona del Edificio Pignatelli, sede del Gobierno de Aragón, con motivo del 15 aniversario del Centro de Investigación de Recursos y Consumos Energéticos (CIRCE), la investigadora explicó que la Comisión Europea ha adoptado ya estrategias para la progresiva reducción de gases como la 20-20-20.

Esta estrategia propone con horizonte a 2020 reducir un 20 por ciento la emisión de dióxido de carbono (principal GEI) mejorar un 20 por ciento la eficiencia energética y producir, al menos, un 20 por ciento de la energía mediante fuentes limpias.

Esta propuesta que debe ser aprobada por el Consejo Europeo en el mes de diciembre es, señaló Graça, la primera que se adopta para implementar medidas concretas que persigan este objetivo y es, a juicio de Graça, un planteamiento de mínimos ya que la voz de la Unión Europea en el tratado que suceda a Kioto, con vigencia hasta 2012, propondrá una reducción del 30 por ciento con horizonte 2020. "Vamos a ir más allá, si nos acompañan" señaló aludiendo la necesidad de que otras potencias esgriman estrategias serias.

Europa vuelve a liderar así la lucha contra el cambio climático en el mundo como ya hizo, a juicio de Graça, promoviendo las reuniones que tuvieron como resultado la conferencia internacional de Kioto en 1997, añadió Graça.

Para cumplir el objetivo europeo del 20-20-20 cada estado miembro tendrá libertad para definir su propia estrategia, por ejemplo eligiendo la fuente renovable más rentable para cada territorio.

Respecto a la reducción de emisiones destacó que también se van promover la implantación de sistemas de captura y almacenamiento de dióxido de carbono en las centrales emisoras. En el caso de las térmicas, hasta 2020, las 15 centrales térmicas que se construirán en Europa incorporarán este sistema. A partir de este año, no sólo las de nueva construcción deberán capturar su CO2, sino que las antiguas deberán implementar sistemas para realizar este proceso.

La consejera principal del BEPA subrayó que además de nuevas fuentes de energía y la eliminación de efectos perniciosos de las existentes, La Unión Europea debe de dotarse de unas redes robustas de distribución interna que propicien un mercado interno fluido.

Pero para conseguir una reducción de la emisiones del 80 ó 90 por ciento, será necesaria una modificación absoluta de las sociedades, "habrá que repensar las ciudades, la organización empresarial, los transportes, los sistemas de producción energética". Graça aseguró que en las próximas décadas se van a producir transformaciones sociales radicales.

REVOLUCIÓN

El modelo de producción de energía deberá sufrir una "revolución" para la que Graça propone tomar el ejemplo de la revolución en las comunicaciones que ha supuesto la Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).

Con internet se produce información en muchos puntos (en cada ordenador conectado) y esta se distribuye con fluidez. Para la investigadora portuguesa, el modelo energético debe de contemplar muchos focos locales mediante energías renovables con una red sólida que permita una recirculación fluida, lo cual exigirá grandes inversiones.

Graça destacó que para conseguir los objetivos es necesario un compromiso internacional sobre todo de los países más contaminadores, y los países emergentes como China, en los que, aunque su índice de emisiones GEI per cápita es muy inferior al europeo, su dimensión provoca que su desarrollo industrial genere un incremento de las emisiones mucho mayor. China se ha convertido ya en el mayor emisor de CO2 del mundo, añadió.

Graça reconoció las reticencias que tienen estos países en tanto que ellos no han ocasionado hasta ahora grandes emisiones y ven peligrar su desarrollo económico en la reducción, pero animó a estas economías porque tienen la oportunidad de "saltarse una generación tecnológica" y basar su crecimiento en un nuevo modelo energético.

Por último, Graça expresó su temor a que la actual coyuntura de crisis económica global pueda tener efectos perniciosos en las estrategias de desarrollo sostenible y lucha contra el cambio climático y afirmó que las cuestiones a largo plazo, como el cambio de modelo energético, no deben de verse afectadas por coyunturas puntuales.

La investigadora María da Graça ha sido reconocida hoy con el premio CIRCE a la Eficiencia energética por su labor dentro de la Comisión Europea.

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