Curage en Torres de Berrellén - CHE
ZARAGOZA, 16 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha aplicado la técnica novedosa en España de 'curage' o permeabilización de grandes masas de sedimentos consolidadas por la vegetación en 14 enclaves hasta el momento de la Cuenca del Ebro en Aragón. Su objetivo es reducir la exposición a la inundación de núcleos ribereños ante las
avenidas y favorecer el estado natural de los sotos.
En concreto, se han realizado en el paraje de los Anchos y en la Mejana del Lobo en Novillas (2), en Boquiñeni, en Alagón, en Torres de Berrellén, en El Carrizal de Sobradiel, en la Mejana de la Barca de Utebo, en Monzalbarba, en Alfocea (2), en el Paraje Mejana de Pina de Ebro, en el paraje de Las Suertes de Alcalá de Ebro y en el Soto del Lugar y en la Mejana Baja de Villafranca de Ebro (2), todos en la
provincia de Zaragoza.
Estas actuaciones, además de mejorar la hidráulica del cauce y la permeabilización de las masas de sedimentos, han favorecido la creación de numerosas zonas húmedas dentro de los sotos, configurando pequeños remansos de agua que forman verdaderos corredores de biodiversidad.
El estado de los sotos y sus bosques de ribera también han mejorado al retirarse la basura y la vegetación muerta que al secarse forma tapones, dificultando el paso de la corriente.
La CHE también ha aplicado esta técnica en el río Ebro en otras Comunidades Autónomas, en concreto en Alfaro y Calahorra (La Rioja); Calahorra-San Adrián (La Rioja/Navarra); Azagra-Calahorra (Navarra/La Rioja) y Viana-Agoncillo (Navarra/La Rioja); Buñuel y Castejón (Navarra).
En los primeros curages ejecutados como acciones piloto, como el de Alfaro (La Rioja), ya se han comprobado los efectos positivos de mejora en la capacidad de desagüe y en la biodiversidad, gracias a la formación de zonas húmedas.
LA TÉCNICA DEL CURAGE
Esta técnica novedosa consiste en un conjunto de actuaciones de pequeña entidad, respetuosas con el medio ambiente y utilizando lo menos posible la maquinaria pesada, para facilitar la movilización de sedimentos en zonas que suponen obstrucciones importantes al paso de la corriente.
Se mejora así la circulación de caudales, con el menor impacto
posible y se reduce el riesgo en situaciones de avenida. También tienen un efecto positivo sobre los sotos, ya que la entrada de agua en episodios de avenida media y pequeña contribuye a su irrigación superficial (muchos han quedado descolgados del cauce principal), además de que se aprovecha la actuación para mejorar su estado natural mediante la retirada de restos vegetales muertos y basuras.
Para ello, se abren antiguos ramales de poca anchura, atravesando las grandes masas de sedimentos, por donde circularán libremente las aguas. En resumen, se recupera la funcionalidad de antiguos paleocauces que por la acumulación de depósitos (vegetación muerta y sedimentos) habían quedado desconectados con el río.
Primero se realiza un claro de la vegetación, es decir, se tritura y extiende in situ y después un labrado superficial de los sedimentos para facilitar su movilización natural por las avenidas, dificultando que se consoliden de nuevo en los ramales practicados.
También se aprovecha para llevar a cabo una limpieza de todo tipo de basuras que hubieran quedado atrapadas en el soto. Estas labores tienen un impacto mucho menor que una retirada de sedimentos o
dragado y su mantenimiento es fácil y sostenible en el tiempo.