ZARAGOZA 6 May. (EUROPA PRESS) -
El delegado en Aragón de SEO/Birdlife, Luis Tirado, demandó hoy al alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, que "cumpla su promesa" de constituir un comité científico que asesore al consistorio en asuntos medioambientales.
En declaraciones a los medios de comunicación en la capital aragonesa, Tirado señaló que "unos meses ante de la Expo, en 2008", representantes de varios grupos ecologistas se reunieron con Belloch "y se comprometió a paralizar las obras de dragado del Ebro, algo que en ese momento se hizo".
"Pero también se comprometió a constituir un comité científico mediante el que se estudiara la necesidad de dragar y cómo se haría, y este comité nunca se ha creado aunque se lo hemos recordado al Ayuntamiento varias veces", indicó.
Así, añadió que "los ecologistas nos oponemos al dragado pero estábamos dispuestos a escuchar al comité científico, nos duele el incumplimiento de su promesa, queremos entender que no nos ha engañando y que hubo un error en ese momento, pero sería interesante y conveniente enmendar y disponer de ese comité científico", aseveró.
Tirado recordó que en Zaragoza "tenemos un patrimonio natural envidiable con las estepas o los galachos o incluso joyas de la naturaleza en el mismo casco con los parques románticos y creemos conveniente que el Ayuntamiento disponga de un comité científico que asesorara y nos indicara cómo lo tenemos que gestionar de aquí al futuro".
Varios expertos ofrecieron hoy una rueda de prensa en el embarcadero de Helios de la capital aragonesa para informar sobre el dragado en el río Ebro. En este sentido, el catedrático de Hidrogeología de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza, Javier Martínez Gil, apuntó que provoca unos daños medioambientales "que no sirven para nada".
Martínez Gil indicó que "el fracaso que ha sido la empresa a la que había adjudicado el derecho de navegabilidad del Ebro hace que haya que pagar 300.000 euros anuales, 132.000 pesetas diarias, mientras que la media de personas que bajan el río cada día es de catorce".
"Es un fracaso económico total para las arcas municipales, un proyecto que medioambientalmente es insostenible, el Ayuntamiento tiene que olvidarse de él y asumir que ha sido un fracaso porque un proyecto de navegabilidad de esta envergadura no se puede hacer de manera precipitada, sino con estudios previos", aseveró.
PONER UN PARCHE
Javier Martínez Gil añadió que dragar el río "no sirve para nada, es como poner un parche a una situación que el río va a borrar enseguida" porque "cuando vienen las crecidas anuales la velocidad del agua es muy grande y provoca fuertes movimientos de gravas".
Por ello, consideró que dragar el río puede provocar problemas de descalzamiento o movimientos de los pilares del río, "porque es un sistema dinámico que tiene un equilibrio", además de que el Ebro es de régimen mediterráneo "que puede pasar de 15 metros cúbicos por segundo en verano a 4.000 el primer día del año 1960".
Sobre la posición del Ayuntamiento, que defiende que el dragado es por motivos de limpieza, Martínez Gil expuso que "ese término no existe, es político y coyuntural, porque supone modificar una dinámica que va a volver, la sociedad no demanda eso, se habían calculado 300.000 usuarios del barco que navega por el Ebro en 2008 y lo usaron 20.000; en 2009 se calcularon 20.000 y lo usaron 5.000 y la mayoría colegios invitados", afirmó.
En cuanto a la petición de los municipios de la ribera para que se drague a la altura de estas localidades y evitar así inundaciones, este experto señaló que "lo que dicen los alcaldes es por intuición y frecuentemente las dinámicas fluviales son antiintuitivas".
"Los alcaldes tienen que defender sus intereses pero no se trata de defender el interés particular, sino el global, y hace falta un convenio científico técnico", argumentó y recordó que el hecho de que se inunde el río "forma parte de su dinámica natural y los terrenos que se inundan son inundables, o asumes el riesgo o te retiras".
Por su parte, el profesor de geografía física de la Universidad de Zaragoza, Alfredo Ollero, indicó que el dragado es "inútil y no sirve para ningún fin porque en la siguiente crecida el río volverá a depositar gravas en los mismos sitios"; "arriesgado" porque origina unos procesos de erosión remontante que pueden llegar a desestabilizar el puente o provocar la aparición de grietas; y "enormemente impactante" desde una perspectiva medioambiental.
"En Europa hoy en día no se aceptan los dragados en ningún río salvo en situaciones extremas, los efectos ambientales son enormes en flora, fauna y geomorfología del cauce, hay que entender que las gravas de un río de gravas son tan valiosas como una playa del mediterráneo o una montaña y sus glaciares, el río debería gustarnos por ser como es y es un patrimonio natural que debemos defender", concluyó.
El científico Pedro Arrojo indicó que "nos hemos equivocado tratando de hacer navegable un río que naturalmente no lo es" y abogó por "una navegación tradicional con lo que fueron los llaúds que navegaron el río". "Igual no podrían hacerlo en agosto, pero si otros días del año y sería una referencia de nuestro río tal y como fue", indicó.
Arrojo consideró que "cuando ya nos damos cuenta en plena crisis económica de que nos cuesta dinero, no nos da satisfacciones y encima produce impactos ambientales, creo que nos estamos equivocando y deberíamos aprovechar para rectificar lo que reforzaría la autoridad moral del Ayuntamiento".