La falta de trabajo lleva a la calle al 70% de los sin techo de la capital aragonesa

ZARAGOZA, 5 Jun. (EUROPA PRESS) -

La falta de trabajo es el motivo que ha llevado a vivir en la calle al 70 por ciento de las personas sin techo de la capital aragonesa, lo que refleja que la crisis ha agravado, "de forma notable, la situación de pobreza extrema", ha explicado el presidente de Cruz Roja Zaragoza, Fernando Pastor.

En rueda de prensa, junto con la subdirectora de Intervención Social de la misma entidad, Susana Royo, ha presentado el II Estudio sobre la evolución de la situación de las personas sin techo, realizado a partir de un trabajo de campo efectuado en la noche de 22 de noviembre de 2012 con cerca de 250 voluntarios y la colaboración de otras organizaciones sociales, que "peinaron la ciudad".

Los datos han sido analizados por el profesor del Departamento de Sociología y Trabajo Social de la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid, Pedro Cabrera, y se han comparado con el primer estudio, realizado en 2010.

En ese año, el 55 por ciento de los encuestados alegaron que la falta de trabajo era el motivo que les había llevado a la calle, porcentaje que se eleva ahora al 70 por ciento y que muestra la incidencia de la crisis en la generación de la pobreza, ha apuntado Pastor. Por lo que se refiere a 2012, el 80 por ciento son parados de larga duración y un 18 por ciento lleva menos de un año en desempleo.

En total, se ha detectado en la capital aragonesa un incremento de personas en la calle del 18 por ciento, pasando de las 158 a las 186, de las cuáles 67 accedieron a participar en el cuestionario. De ellas, el 51 por ciento son sin techo desde hace más de tres años, el 21 por ciento entre uno y tres años y el 27 por ciento no lleva más de un año en esta situación. La media es de 4,5 años por persona.

Además, el 20 por ciento indica que el motivo de su presencia en la calle es una ruptura sentimental y el 5 por ciento por decisión propia. Royo ha comentado que la labor para normalizar a estas personas requiere un "esfuerzo" permanente puesto que cuando llegan a la calle ya "han tirado la toalla" y si bien pueden acudir durante un tiempo a los recursos sociales, vuelven a reincidir.

MÁS MUJERES

El estudio ha detectado que la presencia de mujeres casi se ha triplicado, pasando del 4,4 por ciento de 2010 al 11,3 de 2012. En este año, de las 186 personas sin techo, 21 eran mujeres. La subdirectora de Intervención Social de Cruz Roja Zaragoza ha precisado que este dato les ha sorprendido porque "es difícil que las mujeres lleguen a dormir en la calle" puesto que "suelen acudir primero a recursos normalizados".

También se ha incrementado el número de personas de sin techo en el entorno de la Estación Delicias, en el Arrabal y en el barrio del Actur, zona esta última en la que en 2010 no se había detectado a ninguna persona en la calle. La mayor parte se encuentra en el centro de la capital aragonesa para estar cerca del albergue municipal y del comedor de El Carmen.

El aumento de personas sin techo se refleja también en la tarea de las Unidades de Emergencia Social, vehículos de Cruz Roja que salen por la noche con voluntarios que ofrecen bebidas calientes, galletas, mantas, y sobre todo, conversación a las personas sin techo, que han pasado de atender 200 a 675 personas al año en este periodo.

Por otra parte, la media de edad de las personas sin techo se ha elevado en tres años y se sitúa en los 43. El origen no ha variado, manteniéndose el 63,6 por ciento de población extranjera --rumanos, marroquíes y portugueses, mayoritariamente-- y el 36,4 por ciento de españoles.

Susana Royo ha expuesto que estas personas suelen tener familia y la relación con ellas es más habitual en el caso de los extranjeros, mientras hay autóctonos pueden llevar hasta más de cinco años sin ver a sus allegados "por vergüenza".

La subdirectora de Intervención Social de Cruz Roja Zaragoza ha añadido que antes de llegar a esta situación la mayor parte de estos individuos vivían en condiciones normales, pero, en un momento de su vida "no pudieron afrontar" un conjunto de problemas "que se les vinieron encima, como rupturas, pérdida de empleo y adicciones" y acaban así.

SERVICIOS SOCIALES

Susana Royo ha comentado que solo el 39 por ciento de estas personas está empadronada, lo que impide su acceso a la red de servicios sociales. Por otra parte, algunos ni siquiera están inscritos en el Instituto Aragonés de Empleo (INAEM) porque consideran que no van a poder encontrar trabajo.

La responsable de Cruz Roja ha comentado que fruto del primer estudio pusieron en marcha el acompañamiento diurno para poder apoyar a estas personas a acudir a esos recursos públicos.

De esta forma, se complementa el trabajo nocturno de las Unidades de Emergencia Social, cuyo uso ha aumentado un 15 por ciento en relación al 2010 y están "muy bien valoradas" ya que el 77 por ciento afirma que lo emplea de forma habitual.

Los servicios sociales más empleados son comedores y albergues, roperos y baños públicos. Por otra parte, los encuestados han sostenido que el número de agresiones ha bajado y ahora las denuncian más, para lo que también cuentan con el apoyo de Cruz Roja.

ESPACIOS CERRADOS

El II Estudio sobre la evolución de la situación de las personas sin techo en Zaragoza pone de manifiesto que la mayoría pasan la noche en espacios cerrados que les sirven de refugio. El lugar más habitual, con un 41 por ciento, son los cajeros automáticos, seguidos de naves industriales, sótanos o garajes.

Además, hay personas que duermen en vehículos. En este sentido, el presidente de Cruz Roja Zaragoza, Fernando Pastor, ha relatado que hay un matrimonio que lleva dos años durmiendo en un coche porque se han quedado sin vivienda por un desahucio.

Ha añadido que hay extranjeros que se han quedado sin hogar por la misma causa y por eso han acudido a Cruz Roja para que les ayuden en la tramitación de la expatriación.

Por otra parte, el 52 por ciento ha afirmado que pasa el día solo y el 29 por ciento con otras personas sin hogar, habiéndose reducido este porcentaje respecto a 2010. Sólo un 19 por ciento comparte su tiempo con población ajena a este colectivo.