ZARAGOZA 10 Feb. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, ha presidido este jueves la firma de un protocolo de colaboración entre el Ejecutivo autónomo y el Arzobispado de Zaragoza para restaurar el Palacio Arzobispal como Museo Diocesano. La restauración cuenta con un presupuesto de 6,9 millones, de los que el Gobierno aragonés aportará 2,8 millones de euros.
La consejera de Educación Cultura y Deporte del Ejecutivo autónomo, María Victoria Broto, y el arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña, han rubricado este acuerdo que permitirá "completar toda una red de museos diocesanos en Aragón", ha subrayado el presidente Iglesias durante el acto.
En su intervención, Iglesias ha recordado que el pasado mes de diciembre "inauguramos el Museo Diocesano de Barbastro-Monzón --situado en la localidad oscense de Barbastro-- y ahora tenemos museos diocesanos en Huesca, Jaca, Barbastro, Albarracín y Teruel", así como en Tarazona, donde se están terminando las obras en la Catedral y donde "colaboramos intensamente en la Catedral y en el Archivo".
Por tanto, "esta firma culmina un trabajo muy importante" emprendido por la Iglesia católica "en la recuperación y mantenimiento de un patrimonio excepcional" testigo de la historia y la cultura de Aragón, ha subrayado Iglesias.
El presidente aragonés ha remarcado que con este protocolo, además, se permite exponer las piezas "para que los ciudadanos las puedan visitar" y, por ello, ha querido reconocer "esa labor de la Iglesia Católica en el mantenimiento del patrimonio aragonés" porque el Ejecutivo "ha colaborado permanentemente en esa labor, pero la voluntad de los párrocos y de las diócesis ha sido fundamental para mantener ese patrimonio".
"MUY SATISFECHO" DE LA COLABORACIÓN
Por su parte, el arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña, ha manifestado que "estoy muy satisfecho y contento de este proceso de colaboración en los últimos cinco años de la Iglesia y la Comunidad", para agregar que "doy gracias de que Dios haya obrado esta comprensión mutua y colaboración" porque, en el caso de la restauración del Palacio Episcopal, "esta notabilísima ayuda del Gobierno de Aragón ha sido un respiro, porque las cosas valen mucho".
Monseñor Ureña ha explicado que el edificio que ha sido objeto de restauración es la parte norte del Palacio arzobispal, situada en el Paseo Echegaray y Caballero, "junto al Ebro". Este espacio, donde se sitúan "las estancias nobles", cuenta con 6.000 metros cuadrados en tres plantas y "todo se dedicará al Museo Diocesano".
El centro expondrá "piezas muy buenas" y, al mismo tiempo, los zaragozanos podrán disfrutar de este "edificio excepcional", ha destacado Ureña, para vaticinar "un gran éxito" al Museo Diocesano, que abrirá sus puertas en el mes de marzo.
Por último, la consejera de Educación, Cultura y Deporte, María Victoria Broto, ha opinado que la puesta en marcha de este Museo suma "un elemento de valor más para la ciudad de Zaragoza" y ha recordado que, en todos sus acuerdos en restauración de bienes de la Iglesia, "ponemos como condición unos horarios para que las piezas y edificios puedan ser visitados" por los ciudadanos.
ÁMBITO DE ACTUACIÓN
El ámbito de restauración que se ha acometido en el palacio se concreta en la crujía norte del edificio, una de las zonas más primitivas del mismo, que se corresponde con la construcción basilical que había junto al foro en la época romana, cerca del Puerto de Cesaraugusta.
Siglos más tarde se levantó en este mismo emplazamiento el torreón medieval de la muralla que originó el palacio, a partir del cual se completó el ensanche gótico y la adaptación renacentista con la unificación de la fachada al Ebro por obra del arzobispo Hernando de Aragón. En estas estancias, distribuidas en tres plantas, es donde se plantea la propuesta museística de la archidiócesis de Zaragoza.
El Arzobispado de Zaragoza inició en el año 2005 la restauración conjunta de los dos edificios. En primer lugar, la actual Casa de la Iglesia y, en segundo, el Palacio Arzobispal, trabajos que se acometieron en dos fases.
La primera se destina a la Curia Diocesana, servicios generales y residencia episcopal, mientras que la segunda se dedicará al Museo Diocesano de Zaragoza. Esta última fase de restauración, la correspondiente al Museo, tiene un presupuesto de 6,9 millones de euros, de los que 2,8 millones los aporta el Ejecutivo aragonés.