Investigadores prueban sistema de detección de movimientos del terreno por imágenes de satélite rádar en Huesca

Actualizado: viernes, 18 septiembre 2009 16:09

MADRID/ZARAGOZA, 18 Sep. (EUROPA PRESS) -

Un equipo de investigadores europeos presentó hoy los resultados del proyecto europeo 'TERRAFIRMA', que concluye con el desarrollo de un nuevo sistema 'low cost' y de rápida detección capaz de medir los movimientos del terreno a través del análisis de imágenes de satélite rádar, durante la jornada 'Terrain motion analysis based on remote sensing tools', que se celebra hoy en la Fundación Gómez Pardo (Madrid). El sistema se ha probado en el área metropolitana de Murcia y en el Valle de Tena (Huesca).

El sistema permite evaluar la existencia de movimientos del terreno que puedan poner en peligro a poblaciones y articular planes de prevención más eficaces, explicó el Instituto Geológico y Minero (IGME), dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación (MICINN).

En concreto, mejora las técnicas de detección de colapsos, movimientos del terreno, terremotos, actividad volcánica e, incluso, de movimientos glaciares, y por tanto, permitirá un mejor conocimiento de la peligrosidad de dichos fenómenos lo que redundará en una mayor eficacia a la hora de articular planes de prevención asociados a estos peligros geológicos.

En 'TERRAFIRMA' participan investigadores de 29 países, representados por 47 empresas y organismos públicos de investigación. El equipo español está representado por el IGME, el Instituto de Geomática y la empresa Altamira Information, donde el IGME ha sido el responsable en dirigir y coordinar los trabajos realizados en las zonas piloto españolas, en el área metropolitana de Murcia y en el Valle de Tena (Huesca).

En este sentido, en el área metropolitana de Murcia han comprobado cómo la tasa de deformación del terreno ha aumentado desde que se inició el periodo de sequía en el 2004. "Y no sólo hemos confirmado la relación directa entre el asentamiento del terreno en superficie y la disminución del nivel de las aguas subterráneas en la zona, si no que, también, hemos podido cuantificar esta deformación", indicó el investigador del IGME, Gerardo Herrera.

Por otro lado, en el Valle de Tena (Huesca), el análisis de las imágenes radar satélite que se tenían desde 1995, han permitido observar la evolución en el espacio y el tiempo de los movimientos de ladera que habían sido previamente estudiados por el IGME. Así, resulta que el deslizamiento de Portalet, reactivado después de la construcción de un aparcamiento en la estación de esquí de Formigal, sigue mostrando actividad, aunque esta siendo controlado y supervisado adecuadamente por la empresa Aramon.

"Y es que las infraestructuras creadas por el hombre son susceptibles de sufrir desplazamientos horizontales o verticales, pero con estas técnicas pueden ser controladas de manera eficiente y a unos costes económicos y muy competitivos en comparación con las técnicas clásicas", afirma Gerardo Herrera.

Mientras que los sistemas tradicionales miden puntos "discretos" que se colocan sobre el terreno, las imágenes de satélite rádar permiten obtener información de cientos de miles de puntos con una precisión milimétrica. En un área de treinta kilómetros cuadrados, se puede llegar a tener información cada metro cuadrado, sobre las deformaciones del terreno en el tiempo.

Además, el sistema compara imágenes radar adquiridas por los satélite, cada 11 ó 35 días y permite evaluar, de una manera rápida y a bajo coste, la existencia de movimientos del terreno. Las investigaciones realizadas han permitido validar este sistema, profundizar en el conocimiento de los mecanismos que controlan los peligros geológicos estudiados, así como mejorar los modelos de predicción de los mismos.

A juicio del IGME, este nuevo sistema mejora y complementa la capacidad de medición de los sistemas tradicionales y, por tanto, el desarrollo y planificación de planes de prevención capaces de reducir el impacto sobre personas e inmuebles de este tipo de riesgos.

El proyecto 'TERRAFIRMA', que se extiende en tres fases desde 2002 hasta la actualidad se enmarca en el programa 'Global Monitoring for Environment and Security' de la Unión Europea.