ZARAGOZA, 28 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Policía de Zaragoza pondrá en marcha mañana, 1 de marzo, una campaña especial de vigilancia y control para incrementar el respeto de los conductores a los semáforos en rojo.
La medida, que se mantendrá hasta el 30 de marzo, inclusive, forma parte de la política de seguridad vial que se puso en marcha al inicio de la legislatura y que trata de cambiar los hábitos de los conductores y de reducir los índices de siniestralidad en las calles de la ciudad, informan desde el Ayuntamiento de Zaragoza.
Desde mañana, todos los agentes de la Policía de Zaragoza en sus servicios ordinarios vigilarán especialmente el respeto de los conductores a los semáforos en rojo.
Además se destinarán ocho patrullas de diferentes unidades de la Policía en los turnos de mañana y tarde, respectivamente, y tres en el turno de noche a realizar de forma específica y exclusiva los controles de respeto a las señales semafóricas.
RESPETO DE LA FASE ÁMBAR
De esta manera se quiere conseguir que no haya una relajación de costumbres de los conductores a la llegada a los semáforos, especialmente cuando se encuentran en la fase ámbar. La Policía recuerda que los accidentes por atropello o alcance que se producen al saltarse un coche un semáforo en rojo son graves, porque para superar en tiempo la fase de semáforo se acelera el coche, de forma que éste tiene mucha más potencia en ese momento concreto.
Las sanciones que se aplican por esta infracción alcanzan los 150 euros de multa y la pérdida de cuatro puntos del carnet de conducir cuando la sanción es firme.
El trabajo que se orienta desde el Ayuntamiento de Zaragoza pretende lograr un progresivo cambio de hábitos en la sociedad para conseguir conducciones respetuosas con las normas de tráfico, con el resto de los vehículos que se encuentran en la calzada y con los peatones.
Los trabajos de control, las sucesivas campañas que pone en marcha el Ayuntamiento de Zaragoza a través de la Policía Local y las cada vez más amplias tareas de formación, han conseguido reducir en los últimos años los niveles de siniestralidad, tanto en el número de heridos graves, como de fallecidos.
De hecho, el año 2006 se cerró con 2 fallecidos (un 91 por ciento menos que el año anterior y un 41 por ciento menos si se compara la media de la legislatura con el quinquenio anterior) y 165 personas heridas de gravedad, que representan los indicadores más bajos registrados en la capital aragonesa desde hace 20 años.
Estos resultados se acercan considerablemente a los criterios recomendados por la Unión Europea para reducir los accidentes mortales en un 50 por ciento en la primera década del siglo XXI.
