OVIEDO 7 May. (EUROPA PRESS) -
Un vecino del concejo de Siero acusado de intentar matar en 2009 a su mujer golpeándola reiteradamente con un taburete ha sido condenado a nueve años y medio de cárcel como autor de un delito de homicidio en grado de tentativa, con la agravante de parentesco. La defensa ya ha anunciado que recurrirá en casación ante el Tribunal Supremo.
Según informaron fuentes jurídicas a Europa Press, en el fallo el juez prohíbe al acusado acercarse a menos de 500 metros de su mujer durante el tiempo de la condena. Además, ordena que el hombre la indemnice con 2.300 euros por los daños odontológicos y con 19.000 euros por las secuelas, más las lesiones que se acrediten.
En el juicio, celebrado el pasado 14 de abril en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, el hombre declaró que nunca había sido consciente de dicha agresión y pidió perdón públicamente a la víctima. Además, la defensa alegó que la noche de autos su cliente padeció una crisis epiléptica que trastornó su conducta y que fue provocada por un pequeño tumor cerebral que el acusado tiene en el lóbulo parietal derecho.
En el fallo, el magistrado considera probado que la intención de los golpes no era lesionar, sino matar; así como que entre los dos miembros de la pareja la relación era "mala".
La sentencia asegura que es falso que el acusado sufriera una crisis epiléptica, por su carácter "infrecuente" en personas de cuarenta años, en consonancia con lo señalado por los forenses que prestaron declaración en la vista oral.
LOS HECHOS
Según la calificación del Ministerio Público, sobre las 6.30 horas del 8 de octubre del citado año, el hombre se levantó de la cama del dormitorio que ambos compartían y cuando su mujer le siguió la empujó por las escaleras desde el piso superior hasta el inferior. Cuando la mujer se incorporó, bajó las escaleras y le metió los dedos en la boca. A continuación, la arrastró a la cocina donde le pegó reiteradamente con un taburete de madera en la cabeza "sin conseguir su propósito de ocasionarle la muerte", puesto que la víctima consiguió huir al domicilio de los vecinos.
Como consecuencia de la brutal agresión, la mujer sufrió heridas en el cuero cabelludo, erosiones, hematomas, fracturas de huesos nasales y pérdida de los cuatro incisivos superiores, entre otras, que le ocasionan un perjuicio moderado-alto y por las que estuvo un día hospitalizada y 96 impedida. Además, sufre secuelas como un trastorno neurótico por estrés y numerosas cicatrices.
Al parecer, según el fiscal, en el matrimonio existían problemas conyugales que les habían llevado a hablar de separación. No obstante el acusado había comentado que la mataría antes de aceptar "cierto tipo de actitudes". Ambos habían contraído matrimonio en 2001.