OVIEDO, 20 Feb. (EUROPA PRESS) -
La directora general de Salud Pública del Principado, Amelia González, valoró hoy la reducción del tabaquismo en la comunidad en los últimos años, que mantiene una dinámica descendente "aunque sigue siendo alta" con una incidencia del 27,8 por ciento, que alcanza los 296.000 asturianos mayores de 16 años.
Las mujeres son menos consumidoras que los hombres en la edad adulta (24,2% frente al 31,7% de los varones) pero más fumadoras en la juventud con un 15,8% frente al 11,1% de los chicos. Asimismo, se produjo entre 2004 y 2006 un especial descenso entre los más jóvenes y tanto en hombres como en mujeres, al pasar del 23 al 13,3 por ciento de consumidores habituales.
González atribuyó este descenso, entre otros factores, a las medidas de prevención del hábito tabáquico, a una mayor información sobre los riesgos y a las limitaciones de consumo de la Ley Antitabaco. Así lo dijo durante la presentación del 'Informe 2008 del Observatorio sobre Drogas para Asturias' que hizo en la sede de la Consejería de Salud y Servicios Sanitarios junto al técnico del Servicio de Salud Población, Ignacio Donate.
Por ello, la directora general señaló la importancia de reforzar las políticas de prevención para continuar la tendencia y asimilar los programas y medidas contra el tabaquismo hacia el consumo del alcohol, ya que es una de las sustancias con mayor prevalencia entre los asturianos y que menos percepción de riesgo genera.
En concreto, un 51,1 por ciento de la población consumió alcohol en los últimos 12 meses, un 40,4 por ciento en el último mes, y un 13 por cierto reconoce un consumo diario, cifra ésta última que se incrementó en tres puntos desde 2005 a 2008. Por género, los hombres son más consumidores que las mujeres en la edad adulta, con una especial diferencia en el consumo diario que es del 21,5% en varones y del 5,3% en mujeres.
Entre los jóvenes de entre 14 y 18 años el consumo es del 79,6% en el último año, de un 69,7% en el último mes, y de un 2,9% diariamente. No obstante, por género, las chicas tienen un consumo esporádico ligeramente superior --81,4% frente a un 77,8% en el último año, y 71,4% frente a un 68,1% en el último mes-- mientras que el consumo diario es superior en los chicos, con un 3,6% frente a un 2,1%.
En cuanto al consumo de riesgo, éste es más alto en los hombres que en las mujeres, con una prevalencia total del 6% de la población, dos puntos por encima de los datos de la encuesta anterior. Como bebedores de riesgo se considera a aquellos que consumen entre 6 y 8 unidades estándar al día en el caso de los varones y entre 4 y 6 en las mujeres. Como ejemplos, Donate señaló que una copa de vino es una unidad, mientras que un 'cubata' son dos unidades o un 'culín' de sidra supone 1/3 de unidad.
Y es que en general, los hombres tienen un mayor consumo de sustancias que las mujeres, salvo en el caso de los psicofármacos, más común entre ellas, con una media de un 14% de población --unas 13.000 personas-- con consumo habitual, que en la mayoría de los casos tiene prescripción médica. Al respecto, Amelia González afirmó que este consumo requiere "un abordaje diferente" y apuntó que está vinculado al llamado "malestar de las mujeres" que se asocia con sobrecarga de responsabilidades y disconformidad.
Además, respecto a la mortalidad asociada al consumo de diferentes sustancias, la directora general de Salud Pública se indicó que se mantiene "estable" en Asturias. Las cifras se sitúan próximas a las 2.500 personas en relación al consumo de tabaco --principalmente cáncer de pulmón--, y unas 400 como consecuencia del alcoholismo. Las muertes por consumo de estupefacientes son cada vez menos, indicó.
Asimismo, la directora y Donate apuntaron que la percepción de posibilidad de acceso al tabaco y al alcohol es alta entre la población asturiana tanto adulta como joven; ésta se reduce en el caso del cannabis, y más aún en otras sustancias ilegales.
ESTABILIZACIÓN Y PREVENCIÓN.
Además, González puso énfasis en la estabilización y leve reducción del consumo de sustancias como el cannabis y la cocaína, que había aumentado hasta principios de esta década y en el último lustro va descendiendo paulatinamente.
Un 19,6% de los asturianos reconoce haber consumido cannabis alguna vez y un 4,6% en el último mes, aunque solo un 1% lo consume diariamente, mientras que entre los jóvenes las cifran aumentan a un 34,5%, un 18,8% y un 2,9% respectivamente.
Un 5 por ciento de los asturianos adultos dicen haber consumido cocaína alguna vez y un 1 por ciento en el último mes. En el caso de los jóvenes un 7,1 por ciento la han probado y un 3,3 por ciento la consumió en el último mes antes de someterse a la encuesta.
Así, aunque señaló que deben mejorarse los datos de la encuesta realizada entre 2006, 2007 y 2008 en la comunidad, la directora general dijo que la evolución es positiva. También reseñó como aspecto a reforzar los tratamientos a drogodependientes -- con unos 500 pacientes actualmente, con mayor incidencia de heroinómanos pero mayor incorporación de consumidores de cocaína-- y su reinserción social. Remarcó el éxito de programas como el de administración de metadona en farmacias y las prácticas terapéuticas normalizadoras.
"Con prudencia cabe decir que hay cierta satisfacción porque mejoran los datos de consumo y la percepción del riesgo va en aumento", afirmó Amelia González resaltando el esfuerzo de la Administración y organizaciones colaboradoras por desarrollar programas de prevención e informar sobre las nocivas consecuencias del consumo, así como reforzar los tratamientos. Al respecto, la directora anunció que se potenciarán los planes municipales de drogas y señaló que la Consejería de Salud destina 2,5 millones de euros al ámbito terapéutico.
Por último, Ignacio Donate indicó que en la encuesta se incluye el consumo de otras sustancias con escasa incidencia en Asturias, aunque sí en otras CCAA, como la quetamina o el éxtasis líquido, más consumido por la zona de Levante.
En cuanto a la posición de Asturias respecto a otras comunidades en consumos generales, Duate dijo que las cifras asturianas son similares a las del conjunto del país, aunque inferiores en consumo de tabaco y cannabis y algo superiores en alcohol y cocaína.