Sanz Montes destaca que el Santo Padre quiso decir alto "que Dios no es un intruso, ni enemigo del hombre"

Jesús Sanz
EP
Actualizado: lunes, 8 noviembre 2010 13:01

OVIEDO, 8 Nov. (EUROPA PRESS) -

El Arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, ha señalado que el Papa ha visitado Santiago de Compostela "como peregrino ayudándonos a reconocer en Cristo el inmerecido regalo de una verdad que se hace belleza en la caridad" y ha destacado que el Santo Padre "quiso decir alto en el Obradoiro que Dios no es un intruso, ni enemigo del hombre, de su felicidad y su libertad".

Monseñor Sanz Montes ha señalado que "en la encrucijada de caminos en los que los hombres y mujeres nos encontramos, Dios tiene que ver con cada uno de nosotros. Él se ha hecho caminante también para salir a nuestro encuentro" y añade que "no es bueno tomar el nombre de Dios en vano, usarle para nuestras cuitas, pero si le excluimos de nuestra vida sucederá lo que decía el teólogo Henri de Lubac: que cuando se hace un mundo sin Dios, se hace contra el hombre".

Por su parte, el Arzobispo de Oviedo ha destacado de la visita del Papa a Barcelona que "Dios se nos ha revelado amigo y familiar, como ha reflejado el talento creyente del arquitecto Antonio Gaudí, como un canto a la belleza de Dios que se ha hecho historia salvadora".

Y ha añadido que "somos familia de Dios, imagen bondadosa suya reflejada en el amor y fidelidad de un hombre y una mujer abiertos a la vida. Frente a la original belleza de la Basílica de la Sagrada Familia, la verdadera obra maestra somos los hijos de Dios, en donde Él ha querido poner su morada para introducirnos en su corazón".

RAÚL BERZOSA

Por su parte, el Obispo Auxiliar, Raúl Berzosa, ha mostrado su gran interés "por volver a ver y escuchar al Papa Benedicto XVI. Hace meses me dejó preocupado y temeroso por su estado de salud. Estos dos días vividos junto a él, por el contrario, he podido sentir de cerca a un Papa en forma y en su mejor línea: claridad y profundidad en su palabra. Sólo lo consigue un maestro".

Del paso del Santo Padre por tierras gallegas, Berzosa ha destacado por un lado, "el haber confesado que llegaba como verdadero peregrino no sólo para recorrer un secular camino físico y exterior, sino una senda de renovación interior y profunda que hace de la vida misma un camino hacia el Eterno".

Por otro lado, "el grito de que Europa necesita de Dios y redescubrir y defender la vida en todas sus dimensiones. Esa Europa de la modernidad no tiene que temer a Dios y debe saber reconciliar su legítimo deseo de libertad con la dimensión religiosa más genuina, que aporta verdad, amor y belleza. Dios no es ni enemigo ni contrario del hombre que busca la libertad. Verdad y libertad van unidas y hacen posible la justicia", ha destacado.

De la visita a Barcelona, Berzosa ha comentado el "milagro arquitectónico" de ese templo único "que sabe buscar y encontrar la luz, que es Cristo. Un templo que encierra tres dimensiones conjuntas: la belleza de la naturaleza, la belleza de la Sagrada Escritura y la belleza de los misterios cristianos".

Y ha añadido que "el Papa recordó que, como Cristo, cada cristiano somos, al mismo tiempo e indivisiblemente, templos vivos, altares existenciales y ofrendas agradables a Dios. Se atrevió a decir, en el clima fraterno del almuerzo con los obispos, que si bien la nueva Basílica era muy bella, le admiraban mucho más las piedras vivas que son los bautizados de aquella iglesia".