El consejero de Medio Ambiente participa en un programa de voluntariado para la reforestación en la cuenca del Miera

Actualizado: martes, 17 diciembre 2013 21:30

La iniciativa, desarrollada conjuntamente con la Fundación Naturaleza y Hombre, se enmarca dentro del plan PROVOCA

SANTANDER, 5 Oct. (EUROPA PRESS) -

El consejero de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Urbanismo, Javier Fernández, ha participado este sábado en una nueva iniciativa del plan PROVOCA.

En esta ocasión el proyecto de voluntario se ha desplazado hasta la cuenta del río Miera para desarrollar un programa de reforestación contra la erosión del terreno.

Estas labores, que el Gobierno de Cantabria ha desarrollado de manera conjunta con la Fundación Naturaleza y Hombre (FNYH), contribuyen a reducir la huella ecológica en la zona, según subraya el Ejecutivo en una nota.

Además, esta nueva intervención ha servido para mostrar a los participantes voluntarios los pasos necesarios para plantar con éxito diferentes especies forestales autóctonas de la región.

Con este proyecto se pretende actuar en una zona, la de la cabecera del río Miera, caracterizada por su "evidente" erosión. Todo ello se manifiesta en la aparición de cárcavas o la acumulación de material sedimentario a lo largo del cauce principal del río.

Con la reforestación de los espacios ahora vacíos se busca luchar contra este problema y, de manera paralela, incrementar la cobertura vegetal con especies autóctonas, especialmente haya y abedul.

El proyecto ha tenido lugar en una de las fincas de la cuenca del río Miera, propiedad de FNYH.

FUNDACIÓN NATURALEZA Y HOMBRE

Los programas de reforestación son una de las principales señas de identidad de la FNYH. Desde el año 1999, sus miembros vienen desarrollando labores de este tipo en la montaña oriental de Cantabria con el objetivo de mejorar el ambiente y los paisajes de la zona y poner en valor su patrimonio cultural y natural.

Entre las labores más destacas que se han llevado a cabo para lograr estos fines se encuentra la restauración de hábitats forestales dañados, la participación en la gestión cinegética sostenible, la sensibilización de la población local frente a práctica perjudiciales para el medio o el seguimiento de especies animales propias de estos parajes como el buitre leonado, el águila real o el rebeco.